El 'misterio Colas'

Un punto en medio del océano Atlántico, 36º 50' latitud norte, 35º 50' longitud oeste, 350 millas al suroeste de las Azores. Ésa fue, el 16 de noviembre de 1978, la última posición conocida del Manureva, un trimarán de 20 metros de eslora, tripulado por el navegante francés Alain Colas. Disputaba la Ruta del Ron. Tras varias semanas de búsqueda, no apareció un solo rastro ni siquiera del barco. Aún se especula con muchas hipótesis que justifiquen una desaparición absoluta. Incluso, que Colas, uno de los regatistas de más nivel en su época, se hubiera suicidado o aprovechado la ocasión para perderse en algún lugar del Caribe por causas desconocidas.Sin embargo, aun contando con una posible caída al mar, una enfermedad repentina o cualquier otra situación que le afectase, siempre queda la gran incógnita de por qué no se halló algún resto de un trimarán de 10 toneladas. Pudo ocurrir que le embistiera algún mercante durante la noche, cuando los navegantes solitarios duermen tras marcar el rumbo con el piloto automático. Pero resulta muy extraña una destrucción total.

Aviso

El Manureva, anteriormente Pen-Duick IV, en las manos de Eric Tabarly, ya había tenido un aviso: en la misma noche de la salida de la Transat de 1968 fue tocado por otro mercante cerca de las islas Scilly. Aquella vez, Tabarly tuvo suerte y pudo contarlo.En la búsqueda de Colas se calcula que los aviones de la Marina francesa rastrearon dos millones de kilómetros cuadrados en el Atlántico. Todo fue inútil.

Colas, aparte de sus triunfos, como la Transat de 1972, dio la primera vuelta al mundo en solitario con un multicasco. Fue uno de sus retos, como contestación a no haber sido admitida su inscripción en la primera Vuelta al Mundo británica. Otro, tras un gravísimo accidente que le costó el pie derecho, fue tripular, también en solitario, el imponente Club Méditerranée, un cuatro palos de 72 metros, con el que terminó sólo siete horas después que Tabarly la Transat 76.