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Tribuna
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Crece la preocupación al cierre del mercado

La noticia del recrudecimiento de las operaciones bélicas en el golfo Pérsico llegó tarde a los mercados de valores, pero fue suficiente para que su conocimiento, en círculos restringidos primero, fuese provocando un nuevo proceso vendedor, que acabó con cualquier expectativa de recuperación de la normalidad a corto plazo. Los altibajos que se habían producido hasta ese momento dieron paso a un soterrado intento de ser el primero en salir y ponerse a salvo, es decir, de situarse en la posición de liquidez propia de quien no tiene ninguna confianza en el futuro más inmediato.Las llamadas a la calma efectuadas; días atrás por algunos responsables de la política económica han caído en el olvido más absoluto en un mercado consciente de que la situación internacional repercute incluso en los actores secundarios. A lo largo de la mañana, las órdenes procedentes del exterior indicaban las incertidumbres del mercado, pues junto al mantenimiento de las partidas vendedoras se daban algunas compras que apostaban por una discreta vuelta a la normalidad. A media tarde, las noticias que llegaban del mercado norteamericano no podían ser más negativas, lo que perfila un nuevo día negro para los mercados españoles si, como se espera, éstos vuelven a actuar como una sombra chinesca de las grandes bolsas.

Factores como el descenso de los tipos de interés, que consiguieron frenar las primeras caídas, pierden importancia ante el cariz que ahora han tomado los acontecimientos. Nadie esperaba una recuperación rápida en los mercados, debido a sus problemas pendientes, pero tampoco era previsible un recrudecimiento de la crisis como el que en la tarde de ayer estaba prodigándose. Las actuaciones financieras tienen muy poco que hacer frente a problemas que poco o nada tienen que ver con la razón.

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