_
_
_
_
_

Aparece muerto en Ginebra un dirigente democristiano de la RFA implicado en un escandalo político

Uwe Barschel, el ex presidente democristiano del Estado federado de Schieswig-Holstein (RFA), apareció muerto ayer en una habitación de un hotel de Ginebra, un día antes de su prevista comparecencia ante una comisión parlamentaria que investiga su implicación en una campaña de descrédito de su rival social demócrata en las pasadas elecciones del 13 de septiembre. Todo hace suponer que el político se quitó la vida, aunque la policía no descarta tampoco la hipótesis del asesinato.

Más información
Una vida de éxitos

La muerte de Barschel es la trágica culminación de un escándalo político sin precedentes en la historia de la República Federal le Alemania que aún está por aclarar y cuyos efectos, también para el Gobierno federal, aún son imprevisibles. La noticia de la muerte de este joven político le 43 años, que había protagonizado un ascenso meteórico en la Unión Cristiano Demócrata (CDU), causó gran conmoción en medios políticos de la RFA.Barschel fue hallado muerto en su habitación en el hotel Beau Rivage por periodistas de la revista Stern al mediodía de ayer. Su cadáver se hallaba en la bañera llena de agua. No mostraba heridas externas ni signos de violencia. Había llegado a Ginebra el sábado procedente de Gran Canaria, donde había pasado unos días de descanso en Bahía Feliz, en espera de prestar declaración ante la comisión investigadora del Parlamento de Schleswig-Holstein.

El ex primer ministro del Estado más septentrional de la RFA fue llamado el viernes a su retiro canario para que acudiera inmediatamente a prestar declaración en Kiel, capital de este Estado, ante la acumulación de indicios de que había mentido en sus declaraciones juradas en relación con el escándalo de la pasada campaña electoral. Hasta la vispera de su muerte, Uwe Barschel insistió en su inocencia, puesta ya en duda por su propio partido. En las elecciones, la CDU perdió su mayoría, que ostentaba desde hace 37 años, en favor del Partido Socialdemócracia (SPD). Este partido logró 36 escaños, la CDU 33, los liberales cuatro y la minoría danesa 1.

La hegemonía democristiana

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El escándalo en torno a Barschel saltó a la luz el sábado 12 de septiembre, pocas horas antes de abrirse los colegios electorales en Schleswig-Holstein, donde peligraba la tradicional hegemonía de la Unión Cristianodemócrata. El semanario Der Spiegel publicó las declaraciones juradas de un ex colaborador de Barschel en la presidencia del Estado, Reiner Pfeiffer, según las cuales había recibido órdenes del presidente para lanzar una campaña difamatoria contra el candidato rival, el socialdemócrata Bjorn Engholm, utilizando todo tipo de recursos ilegales. Así, Pfeiffer aseguró haber presentado una denuncia anónima contra Engholm por evasión fiscal a instancias de Barschel. Éste le habría encargado también contratar detectives para vigilar la supuesta vida promiscua y homosexual del candidato del SPD. Asimismo, le pidió un micrófono para instalar en su propio teléfono, en su despacho de la presidencia, para acusar después al SPD de su colocación.Barschel salió al paso de estas informaciones y aseguró que eran una "miserable mentira". El canciller, Helmut Kohl, y el jefe de la CDU en Schleswig-Holstein y antecesor de Barschel en la presidencia del Estado, Gerhard Stoltenberg, salieron en defensa de éste. Stoltenberg acusó a Per Spiegel de ser un "órgano de lucha izquierdista" y de orquestar una campaña contra Barschel. El 25 de septiembre Barschel dimitió como presidente, si bien insistió en su inocencia y anunció que lucharía ante los tribunales por demostrarla.

No obstante, en la comisión parlamentaria ya las primeras declaraciones de colaboradores de Barschel reforzaron los indicios de culpabilidad contra éste. Las declaraciones de su ministro de Hacienda y miembros de la oficina de prensa de la Presidencia hicieron que en pocos días toda la defensa de Barschel, basada en una conferencia de prensa de cerca de cuatro horas tras las elecciones, en la que dio su "palabra de honor" de que no había sabido de la campaña sucia contra Engholm e hizo públicas varias declaraciones juradas al respecto, se desmoronó como un castillo de naipes. La fiscalía de Kiel abrió un sumario contra Barschel al considerar que existían indicios racionales de culpabilidad.

El escándalo de Kiel se ha ido complicando día a día. El viernes se supo que el presidente del SPD en Schleswig-Holstein, Günther Jansen, se había encontrado con el denunciante Barschel varias veces antes de hacerse público el escándalo. La intriga política de Kiel ha alcanzado tales dimensiones que la opinión pública se ve en crecientes dificultades; para comprender todo el entramado de mentiras, sobornos, falsificaciones y conexiones ilícitas del mismo.

Dudas en su partido

Tras tres días de investigaciones, los miembros del partido de Barschel se distanciaron claramente de él, plantearon dudas sobre la veracidad de sus declaraciones y le conminaron a que declarara hoy ante la comisión y renunciara a su escaño en el Parlamento. Aún en Canarias, Barschel insistió en su inocencia. Desde allí envió un télex al nuevo candidato cristianodemócrata a la presidencia, Klaus Kribben, y le anunció que había logrado nuevas informaciones que iba a confirmar personalmente durante el fin de semana y que el lunes posiblemente pudiera presentar ante la comisión nuevas infomaciones sobre el trasfondo real del escándalo. Según informaciones no confirmadas, Barschel se dio cita en Ginebra el sábado con un desconocido que iba a suministrarle la citada información sbre el caso.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_