GENTE
Roberto Rosellini,
al que ya le queda bastante lejos su romance con Carolina de Mónaco, disfrutó en Marbella de la compañía de Ana García Obregón, a la que últimamente parece gustarle todo lo relacionado con el principado. Ambos coincidieron en una barbacoa y se ve que congeniaron porque, después de zafarse de los fotógrafos, se fueron juntos a tomar una copa con Sandra Domecq, la esposa de Bertín Osborne, que hizo las veces de chófer.
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