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Reportaje:

Oyate Wacinyapi

Un sioux, líder del Movimiento Indio Americano

Oyate Wacinyapi -aunque su nombre sea oficialmente Russell Means- es uno de los dirigentes del Movimiento Indio Americano, organización creada en 1968 para defender los intereses de las aproximadamente 320 naciones indias que existen en la actualidad en EE UU. Su afán por defenderse de la opresión a la que, dice, viven sometidos sus compañeros de raza le llevó hace seis meses a intentar que el Partido Libertario le propusiera como candidato a la presidencia de EE UU, objetivo que finalmente no consiguió. Oyate Wacinyape ha venido a España para un programa de TV-3.

El nombre Oyate Wacinyapi significa en su lengua "trabajador para el pueblo". Nació hace 47 años en la reserva de Pine Ridge, en el Estado de Dakota del Sur, aunque él no reconoce a este Estado y prefiere hablar de Oglala, la nación sioux. "En EE UU los indios pueden ser lo que quieran, menos indios. Cada semana tenemos que acudir al Tribunal Federal para presentar recursos contra las trabas legales que nos impiden vivir tranquilamente", declara.Según Oyate Wacinyapi, los westerns han sido en gran parte los culpables del gran desconocimiento que hay, tanto en Europa como en el propio EE UU, de la realidad del pueblo indio. Cuando recuerda las películas de este género, afirma que sólo haría una excepción: El pequeño gran hombre, en la que Dustin Hoffman encarnaba a un hombre blanco que vivía en una tribu india. Por el contrario, dice no admirar los papeles que interpretaba Charlton Heston, y subraya esta opinión con el pulgar de su puño derecho hacia abajo.

"Los westerns han inventado muchas cosas. Los indios del siglo pasado, por ejemplo, no utilizaban el término rostro pálido", dice, aunque añade que si que utilizaban en cambio el de "gente peluda", debido a las barbas que lucía una buena parte de los colonizadores.

Oyate Wacinyapi considera que la razón de que los sioux hayan sido una de las tribus más conocidas a través de las películas es que presentaron una gran resistencia a la caballería de EE UU, hasta el punto de que fueron ellos los que forzaron al Gobierno a firmar un tratado de paz. De aquellas batallas menciona con especial cariño las de 1868. Recuerda también con nostalgia a tres grandes jefes sioux auténticos que la literatura y el cine se han encargado de inmortalizar: Caballo Loco, Toro Sentado y Nube Roja.

El dirigente del Movimiento Indio Americano cree en la necesidad de defender y mantener algunas de las costumbres ancestrales de su tribu, entre ellas la de no cortarse jamás el pelo. Luce, además de largas trenzas, unas abundantes joyas sioux confeccionadas con turquesas. Este intento de conservar la tradición choca con los programas educativos que la legislación de EE UU impone actualmente a las minorías. "El Gobierno elabora unos programas para las escuelas que dan su versión oficial de la historia", explica, pero no se ajusta a la realidad e intenta disimularlo haciendo que otros indios, que no se alinean con la lucha de defensa de nuestra cultura, sean los que impartan las clases a los niños".

Oyate Wacinyapi cree que tradiciones como la pipa de la paz no deben olvidarse. Aunque ahora se fume con tabaco rubio no le importa. "Por algo fuimos los indios quienes dimos el tabaco al resto del mundo", señala.

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