José Marín se juega en Roma su futuro

José Marín va a salir esta tarde (17.30 horas) a jugarse su porvenir en la final de 20 kilómetros marcha. Estar entre los ocho primeros le supondrá renovar su contrato con la Federación Española de Atletismo durante cuatro años más. Su tranquilidad económica para ese período dependerá de apenas hora y media de competición. A sus 37 años, de nada le valen su título europeo de 20 kilómetros, ni su subcampeonato continental y mundial de 50. Para preparar este Mundial, ha tenido que adelantar dinero de su propio bolsillo.

La final de esta tarde la va a afrontar Marín como si de un novato se tratara. Enfrente tendrá a 40 rivales, los mejores del mundo, los que ya han acreditado esta temporada marcas importantes. El alemán oriental Axel Noack (1.19.12), el mexicano Carlos Mercenario (1.19.24), el soviético Victor Mostovik (1. 19.32) y el también mexicano Ernesto Canto (1.19.37), por ejemplo, han realizado en los últimos cuatro meses marcas que se han situado como la primera, segunda, cuarta y sexta mejores de todos los tiempos, respectivamente. Y mientras, Marín ha estado parado a consecuencia de una operación de osteopatía de pubis. El campeón, que fuera considerado en 1982 como el marchador más completo de todos los tiempos al ganar medallas en 20 y 50 kilómetros, se encuentra ahora en el olvido. Nadie cuenta con él en su final más decisiva, la que le podría resolver su futuro cuando mas falta le hace.Frente a todos estos fenómenos de la marcha -Canto es el actual campeón olímpico y mundial-, Marín va a oponer inteligencia y tesón, sus mejores armas al fin y al cabo. Pero hoy Marín no va a salir por una medalla, sino a estar entre los ocho primeros. La Federación Española renueva automáticamente sus contratos por cuatro años con los atletas que lo consiguen, y eso supone un mínimo de 140.000 pesetas al mes.

La marcha no vende

Marín, uno de los impulsores del atletismo en España por sus medallas, no se ha hecho millonario con los triunfos. Mientras él mismo, Llopart, Prieto y Mari Cruz Díaz han ido salvando la actuación del equipo español en las competiciones del más alto nivel con subidas al podio, otros eran los que se enriquecían del auge del atletismo. La marcha no vende, pero sí ha permitido que en España se popularizara el atletismo, y que aparecieran ayudas con las que antes no se contaba, y sobre todo que irrumpiera el dinero de las casas comerciales.

Marín está casado y vive de lo que recibe de la Federación, más la ayuda que le proporciona el ser entrenador de la Escuela Catalana de Marcha. A su cargo tiene a Mari Cruz Díaz y Reyes Sobrinos, las dos marchadoras españolas que empiezan a despuntar en el concierto internacional. Si hoy no consigue su objetivo, la federación le pagará sólo hasta el próximo año. Será entonces, en los JJ OO de Seúl, con 38 años, cuando de nuevo tenga que jugárselo todo a una carta, ésa ya la última.

La táctica que va a seguir hoy Marín es conservadora. Estar, desde luego, en las posiciones de cabeza, pero sin arriesgar. Competir por las medallas supone siempre un alto riesgo porque ya no se marcha, se corre, los jueces amonestan y el tercer aviso significa la amonestación, que es lo que le pasó en los Campeonatos de Europa de Stuttgart el año pasado.

Marín tendrá esta tarde como compañeros de carrera a Ricardo Pueyo y Miguel Angel Prieto. Este fue medalla de bronce en Stuttgart-86 y hoy tendrá que dar la talla de su auténtica valía, porque en aquella ocasión no estaban los mejores especialistas mundiales, como son los mexicanos.

En el programa de hoy también debutan Antonio Sánchez en las series de 400 metros lisos (10.00 horas) y José Alonso en las de 400 metros vallas (18.15), prueba en la que estarán el estadounidense Edwin Moses y su compatriota Danny Harris, el hombre que puso fin en Madrid a la imbatibilidad de aquél tras 9 años, 9 meses y 9 días.