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EL TOUR

Cuestión de relojería

Luis Gómez

L.G., Delgado recorrió ayer por la noche el circuito y lo repetirá hoy muy, temprano. Memorizará una serie de puntos, porque los ciclistas tienen una memoria geográfica especial. Y luchará contra sí mismo, empezando a tomar alguna decisión sobre las ruedas que ha de llevar su máquina. Su semblante actual es algo triste, no es el de un líder, aunque su compañero Muller dijera: "Lo curioso de Delgado es que nadie puede saber nada de lo que dice su cara; su gesto no delata lo que siente en sus entrañas". El ambiente que le rodea se ha enrarecido con los rumores de que el PDM se interesa por Lemond. "A lo mejor es que yo no le intereso al PDM", ha contestado sarcásticamente el español, que nunca aceptará la condición de lugarteniente del norteamericano.

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La realidad es que los 21 segundos actuales que le separan de Roche es una ventaja tan cor ta que nunca se ha ganado un Tour por tan poco. El holandés Janssens lo hizo ante el belga Van Springel en 1968 por 38 segundos. Anquetil, en 1964, ante el eterno segundo, Poulidor, en 1964, por 55. Sólo esas dos veces se ha bajado del minuto. En caso de empate habría que recurrir a los mejores puestos obtenidos por cada uno.

¿Qué hará Delgado?. Ni él lo sabe. No le sirve la táctica empleada en Futuroscope, donde Stevenhagen, que salió al principio, disputó la etapa para servirle de referencia. Stevenhagen fue séptimo, y Delgado décimo, con 34 segundos de diferencia entre ambos. En aquella ocasión, Delgado llevó siempre mejor promedio que su colega, pero se ahogó al final y marchó asfixiado durante los dos últimos kilómetros.

De lo que se deduce que las posibilidades de Delgado des cansan en otros aspectos. Puede ser que Roche viva hoy un petardazo, que le jueguen una mala pasada las escasas energías que le quedan a un ciclista tras recorrer 4.000 kilómetros; entre otras cosas, porque Roche ha rebasado su límite una vez y lo gastó con generosidad al día siguitente. Puede ser que haberse vestido de amarillo en L'Alpe d'Huez sea algo más que una premonición. Delgado ha de hacer la mejor contra reloj de su vida y Roche estar mal. Pero el ciclismo no es un arte, es un trabajo de relojería, en el que unos relojes funcionan siempre mejor que otros. Mientras tengan cuerda, claro.

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