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El Estudiantes de La Plata, introductor del estilo europeo en Argentina, deja un mal recuerdo

ENVIADO ESPECIAL

El sentido de organización europea y el culto a la preparación risica tuvieron una mala entrada en Suramérica. El primer gran panegirista de ello, que lo aplicó con intensidad, método y resultados fue el Estudiantes de La Plata que dirigió Osvaldo Zubeldía a mediados de los años sesenta. Fue un equipo que consiguió ganar repetidamente la Copa Libertadores y alcanzó la Copa Intercontinental. Pero se le recuerda con extremo desagrado. Fue un equipo al que casi nadie quiso por su dureza, por la programación de su juego, por su capacidad de obtener ventajas del reglamento y de la flaqueza del rival. Aún se le recuerda como símbolo de todo lo antideportivo que llegó a reunir el fútbol.

Una de las causas por las que muy poca gente quiere a Bilardo en Argentina es porque jugó en aquel equipo del Estudiantes de La Plata. Con el número 8 a la espalda, era algo así como el lugarteniente de Osvaldo Zubeldía dentro de la cancha, el hombre que interpretaba las órdenes del entrenador :sobre el terreno. La opinión pública todavía le liga a las actitudes de aquel equipo cuya aventura gloriosa terminó con el internamiento de tres de sus jugadores -Aguirre Suárez, Poletti y Manera- en una cárcel.

Osvaldo Zubeldía edificó su tarea sobre una justificación ideológica. Decía -que las victorias en fútbol hacen feliz a la gente y que no había que confiar las victorias simplemente a la existencia y al buen estado de ánimo y de forma del equipo y a algún jugador genial. Que con un bloque de jugadores estudiosos y bien preparados se puede armar un equipo. Sin olvidar nunca que lo que de verdad hace feliz a la afición es el resultado, y que se puede, por tanto, desdeñar la belleza del juego.

Equipo trabajador

Con esta idea armó un equipo trabajador, capaz de ensayar y repetir numerosas jugadas, especialmente en los saques de córneres y de tiros libres. Fue un equipo al que los románticos, los partidarios del fútbol creativo, siempre acusaron de mecanizado, falto de fantasía y resultadista.La palabra resultadista aún se utiliza en Argentina con un sentido absolutamente peyorativo. Y es porque la trayectoria del Estudiantes de La Plata fue a peor. En busca de los resultados hizo cosas que cada vez se entendieron como más desagradables.

Importó para Argentina la trampa del fuera de juego, que algunos equipos -uno de los primeros fue el Anderlecht- habían empezado a ensayar en Europa.

El Estudiantes la practicó intensamente, hasta la náusea, y el aficionado entendió que eso era una forma desleal de obtener. ventajas del reglamento. Lo de perder tiempo cuando iba por delante en el marcador acabó por convertirse en una pesadilla destructiva para el espectáculo,

Los jugadores del Estudiantes obtenían información sobre los rivales, y luego, durante el partido, les recordaban asuntos de su vida privada para tratar de ponerles fuera de sí y de forzar su expulsión. Por ejemplo, a los que no estaban seguros de la fidelidad de su pareja, les martirizaban con información, falsa o cierta, sobre lo que su novia o esposa se dedicaba a hacer durante las tardes de partido.

Los métodos europeos, la organización de los partidos, la planificación de jugadas, la preparación física y la seriedad en el trabajo son asociadas para muchos suramericanos al recuerdo de aquel Estudiantes de La Plata. Quizá por ello aún existe un gran bache que diferencia al fútbol de ambos lados del Atlántico.

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