Marín propone que se elijan en asamblea los delegados al congreso de CC OO del metal

Juan Ignacio Marín, secretario general del metal de CC 00 y destacado líder de la corriente carrillista, ha propuesto a su ejecutiva un congreso con 1.500 delegados elegidos directamente en asambleas como fórmula para poner fin al conflicto surgido en esta organización. La fórmula -exactamente igual a la que ha solucionado las discrepancias en el País Vasco- ha sido rechazada por la corriente gerardista.El sistema de representación planteado por Marín potencia en teoría, a la corriente que tenga más apoyos en la base e impide en cierta medida la instrumentalización del aparato sobre los delegados al congreso. La única dificultad para llevarla adelante es que ha de estar apoyada por todos y cada uno de los miembros de la ejecutiva federal, para evitar que el congreso sea impugnado. Porque la propuesta vulnera claramente las normas congresuales aprobadas a nievel confederal, que señalan que la elección de delegados se basa fundamentalmente en la que se lleve a cabo en las organizaciones intermedias.

En el País Vasco, un acuerdo como este ha sido posible y ha gozado, además, de las bendiciones del propio secretario general, Marcelino Camacho. Aquí ha sido rechazado por los representantes de la corriente gerardista. Las diferencias entre unos y otros son aparentemente mínimas, pero lo cierto es que multiplican por dos la representación .del congreso.

Marín presentó ayer una propuesta formal -y ya avanzó que estaba rechazada por sus oponentes- que en esencia recoge dos condiciones: que la elección de los delegados se haga en la proporción de uno por cada cincuenta o fracción de más de 25 en cada empresa, y que se vuelvan a celebrar los congresos de La Coruña, Cantabria, Galicia y L'Horta. Los denominados gerardistas sólo admiten un delegado por cada 100 afiliados.

La mayoría

Juan Ignacio Marín subrayó que su "sensibilidad sindical" contaba con mayoría en todos los órganos de dirección de la federación del metal, pero que "esta propuesta no puede "imponerse por votos, sino por acuerdo, so pena de que los congresos que se celebren sean impugnados por no cumplir los criterios estatutarios". El fondo de la cuestión, el control que unos y otros quieren ejercer sobre el sindicato y, más concretamente, sobre la federación metalúrgica -hasta ahora en manos de los carrillistas- entorpece cualquier intento de acuerdo. Fuentes sindicales subrayan que si en Euskadi se ha alcanzado un acuerdo semejante ha sido exclusivamente para evitar la fuga de militantes hacia otras alternativas sindicales más radicalizadas.Marín mostró ayer varios documentos para demostrar las supuestas irregularidades cometidas en diferentes congresos, e hizo público el texto aprobado por la comisión de garantías en el que se mencionan impugnaciones a delegados que, según actas notariales, ni siquiera estaban afiliados al sindicato.

El próximo viernes la ejecutiva federal mantendrá una reunión en la que el secretariado encabezado por Marín presentará oficialmente su propuesta de acuerdo. Es un gesto puramente simbólico. Nadie cree que el conflicto haya de,solucionarse. El metal pesa deñiasiado -y no es una figura retórica- en el sindicato para renunciar a dominarlo.