El Banco Espirito Santo abre en Madrid una oficina de representación
El Banco Espirito Santo e Comercial de Lisboa abrió ayer una oficina de representación en Madrid, la primera que inaugura un banco portugués, como primer paso para poder conseguir, antes de que en 1992 desaparezcan las barreras políticas, abrir una sucursal operativa en condiciones algo mejores de las exigidas hasta ahora por las autoridades económicas. El presidente de la entidad portuguesa declaró ayer que el objetivo de la oficina de representación es empezar a canalizar los flujos comerciales entre las dos naciones a la espera de poder desarrollar las actividades típicas bancarias cuando se de luz verde a la instalación de una oficina.
Los requerimientos legales para que una entidad extranjera instale una sucursal o una filial en España se centran en un desembolso de capital mínimo de 1.500 millones de pesetas, cifra que parece excesiva para los bancos portugueses. El Banco Espirito Santo tiene un capital social inferior a los 12.000 millones de pesetas. Para los responsables de la entidad portuguesa no tiene sentido mantener durante mucho tiempo estos condicionantes, ya que en 1992 desaparecerá la normativa ahora en vigor, y por ello tratarán de que las autoridades españolas la modifiquen, al menos para las entidades del país vecino.
