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La factura petrolera se incrementará en 200.000 millones en el resto del año

Las decisiones de la OPEP en Viena, que suponen una reducción efectiva de la producción global del cártel, incrementarán la factura petrolera española en más de 150 millones de dólares (200.000 millones de pesetas) en lo que queda de año. Medios oficiales consultados afirman que los precios al por menor de los productos petrolíferos, rebajados el pasado noviembre, "hace tiempo que deberían haber subido", si bien se niegan a precisar si el Gobierno prepara una modificación inmediata o aplazará la decisión hasta finales del verano, a fin de aprovechar el incremento del consumo de gasolina que se produce en esas fechas.

El precio del brent británico abrió ayer en el mercado de Londres con una fuerte subida (19,65 dólares para las entregas de agosto frente a los 18,65 del viernes pasado), confirmando las previsiones de los expertos sobre el efecto alcista de la conferencia ministerial de la OPEP. En Nueva York, el west Texas intermediate cerró el viernes a 20,25 dólares y ayer abrió a 20,65 dólares (agosto).El mercado impactaba así el acuerdo del cártel en Viena, que decidió a última hora del sábado limitar a 16,6 millones de barriles día (mb/d) su techo máximo de producción para lo que queda de año, reduciendo, efectivamente, el límite de producción que había acordado para el cuarto trimestre (18,3 mb/d) en su reunión del pasado diciembre. Ayer, El Gobierno noruego admitió que mantendrá su política de reducir la producción, en línea con las decisiones de la OPEP.

Expertos españoles familiarizados con la compra de crudos estimaban ayer que el precio medio de adquisición de crudo de las refinerías con destino al mercado español del monopolio puede experimentar un aumento de entre uno y dos dólares en el segundo semestre del año, "y eso si no se llega a superar los 20 dólares, lo que no puede descartarse a priori". Las mismas fuentes señalaban que el precio medio de adquisición ha ido aumentando ya en el primer semestre del año hasta rondar, en estos momentos, los 17-18 dólares.

El Gobierno modificó los precios de los productos petrolíferos el pasado 7 de noviembre con unas estimaciones que, con excepción del dólar, han experimentado fuertes variaciones al alza. Así, el Gobierno estimó un precio medio de importación de crudo de 15 dólares y un cambio medio del dólar de 130 pesetas. La.primera variable se ha desviado ya de 15 a 17 dólares y, de confirmarse las previsiones, puede llegar en lo que resta del año a rozar, o incluso superar, los 20 dólares. No hay que olvidar que los 18 dólares es sólo un precio de referencia y la mayoría de los contratos van referidos a una cesta de cotizaciones sobre el mercado spot. Si éste sube, el precio real pagado por los compradores también sube.

Con un mercado dentro del monopolio de 24 millones de toneladas (unos 480.000 barriles/día), el coste de la importación de crudo para este mercado pasaría de unos 740 millones de dólares en el primer semestre a unos 800 millones de dólares en el tercero; es decir, un encarecimiento mínimo de 160 millones de dólares o, lo que es lo mismo, una desviación al alza de más de 200.000 millones de pesetas.

Retrasos

El Gobierno, que ya está retrasando la subida de las gasolinas con el fin de controlar la inflación pero a riesgo de tener un menor ingreso por fiscafidad, tiene dos opciones: reducir sus ingresos fiscales en esta cantidad (también puede pasar el coste a las refinerías, dentro de las liquidaciones de Campsa) o ajustar los precios. Este debate comenzó ayer a plantearse entre los distintos ministerios involucrados en los reajustes de precios, mientras la Delegación del Gobierno en Campsa introducía nuevas variables en sus cálculos (las conocidas sábanas) de precios.La mayor factura petrolera de este año sobre la del ejercicio pasado está teniendo un impacto negativo en la balanza comercial, añadiendo un elemento más de tensión al ya fuerte desequilibrio comercial, que ha supuesto el menor incremento de las exportaciones. No obstante, el impacto fiscal ha podido ser reducido gracias al fuerte aumento de los consumos de las gasolinas (superior al 10% en lo que va de año), que es el producto petrolífero que más impuestos lleva.

Por esta razón, fuentes oficiales fueron especialmente cautas a la hora de pronosticar el momento en que la Administración se verá forzada a plantearse una revisión de los precios al consumidor. Aun admitiendo el efecto negativo que un escenario como el descrito tendría sobre los ingresos fiscales, las fuentes consultadas anticipaban que es muy probable que el Gobierno prefiera esperar algunos días más, incluso semanas, antes de tomar una decisión tan drástica.

El pasado año, todos los ingresos fiscales derivados de los productos petrolíferos superaron las expectativas más optimistas, hasta totalizar 777 millones de pestas. Expertos consultados señalan que "si el Gobierno quiere acercarse a esa cifra tendrá que revisar pronto los precios".

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