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Campsa obtuvo unos beneficios de 17.000 millones en 1986

La Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos (Campsa), propiedad de las refinerías públicas y privadas españolas, obtuvo un beneficio de 17.020 millones de pesetas en el ejercicio de 1986, según anunció su presidente, José Luis Díaz Fernández. La tercera parte de estos beneficios procede de sus actividades financieras, y otra parte importante de la actividad distribuidora fuera del área del monopolio.La menor actividad en la distribución de productos petrolíferos en la Península y Baleares -área del monopolio-, consecuencia de la baja de la demanda de fueles y de los cupos de importación cedidos a las compañías comunitarias, hizo que los ingresos por la gestión administradora del monopolio apenas experimentaran un crecimiento del 1,53% el pasado año. Por el contrario, el resto de ingresos -fletes, tanques aeropuertos, actividad financiera- creció un 47,08%, hasta los 19.700 millones de pesetas.

Campsa, que pagó 5.394 millones de pesetas de impuestos el pasado año, repartirá un dividendo bruto del 12,80% a sus accionistas (Instituto Nacional de Hidrocarburos, EMP, CEPSA, ERT, Petromed y Petronor), y dejará a reservas unos 7.000 millones de pesetas. Lo más llamativo del ejercicio es la fuerte contención de los costes, que apenas subieron, según el presidente de la sociedad.

Las inversiones de la compañía en 1986 fueron de 9.371 millones de pesetas, pero el calendario de adaptación a la Comunidad Europea ha obligado a la empresa a incrementar estas inversiones a unos 25.000 millones en 1987, de los que 8.000 mifiones ya se han desembolsado en lo que va de año. Las mayores inversiones van destinadas a la construcción de oleoductos y a la mejora de la red comercial e imagen de la compañía.

Modernización

Asimismo, y según informó Díaz Fernández, otro de los objetivos de la empresa es aumentar la red de distribución y proceder a su automatización y modernización. Para ello, la empresa ha establecido una serie de acuerdos con empresas externas -básicamente, extranjeras- para que procedan a asesorarla técnicamente.En 1986 la empresa incrementó sus amortizaciones del inmovilizado material e inmaterial en unos 1.000 millones de pesetas y destinó 5.264 millones a una cuenta extraordinaria, pasada por la de resultados, con el fin de hacer frente a los acuerdos de disolución del montepío de la compañía, así como al coste de la reducción de plantilla (480 personas en el ejercicio).

La sociedad puso en marcha en el ejercicio pasado un plan estratégico para reducir costes (laborales y generales), incrementar la eficiacia y racionalizar los centros de trabajo y la red de distribución y oleoductos.

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