Natalia Mijailova

Natalia Mijailova es, desde hace ocho años, subdirectora del Museo estatal Pushkin de Moscú, además de una notable especialista en la obra del autor ruso. Hace poco se desplazó a Barcelona para asistir a los actos organizados por la universidad con motivo del 150º aniversario de la muerte del poeta. "Dando a conocer la obra de Pushkin", afirma, "nuestro museo contribuye también a la difusión'de sus ideas de paz y de progreso. Su obra acerca a los pueblos y a las personas de países diferentes".

Natalia Mijailova conserva intacta, a sus 40 años, su pasión por Pushkin y su obra. Es un amor que nació cuando ella era tan sólo una niña. "Cuando iba a la escuela", recuerda, "recogía material para mi propio museo Pushkin. Leía sus libros y escuchaba la música compuesta por sus contemporáneos". Cuando años más tarde ingresó en la universidad, sabía que consagraría sus esfuerzos al estudio de la obra del poeta y novelista ruso. Finalmente, se doctoró en Ciencias Filológicas con una tesis basada en el autor de Boris Godunov. Y todavía era estudiante cuando el presiente del museo estatal Pushkin la oyó pronunciar una brillante conferencia sobre el escritor con motivo de la celebración del 175º aniversario de su nacimiento, y le propuso entrar a trabajar en la institución.Otra conmemoración, esta vez la del 150º aniversario de su muerte, le ha permitido desplazarse a España y conocer de cerca una cultura que ella admira profundamente. "El museo se creó hace 30 años", explica, "y se hizo realidad gracias a las aportaciones de más de 200 museos y bibliotecas de todo el país y a las donaciones hechas por cerca de 2.000 particulares". En la actualidad, el Museo Pushkin de Moscú -la ciudad de origen, de Natalia- posee un fondo de 100.000 piezas, entre retratos, dibujos, objetos pertenecientes al poeta y a sus contemporáneos y libros. "También es uno de los centros culturales más importantes de la ciudad", asegura la subdirectora, "al que acuden poetas, músicos y artistas que actúan sin cobrar, como tributo de su amor por Pushkin". Existen otros 15 museos en la URSS dedicados a Pushkin. Uno de los santuarios más visitados se ha reabierto este año en Leningrado, en la última casa que ocupó el literato, que encontró la muerte en un duelo. "Murió defendiendo su propio honor y su nombre", afirma esta doctora en Filología, "pero con la conciencia de que no sólo le pertenecían a él, sino a todo el pueblo".

Otra prueba de la devoción que el pueblo soviético siente por Pushkin se ha reflejado en cada uno de los incontables actos que han tenido lugar a lo largo y ancho del país para conmemorar el 150º aniversario "no de su muerte", puntualiza Natalia Mijailova, "sino de su inmortalidad". "Uno de los actos populares más notables tuvo lugar en la plaza de Pushkin en Moscú. Al pie del monumento dedicado al poeta, miles de personas depositaron flores, y artistas, trabajadores y escolares leyeron fragmentos de sus obras". También, dentro de los actos conmemorativos, tuvo lugar en el Museo Pushkin una gran recepción para diplomáticos y embajadores de 38 países. "El nombre de Pushkin", señala la subdirectora, "al igual que el de Cervantes, pertenece a toda la humanídad". A Natalia Mijailova, que suele hablar a su sobrino de seis años de Pushkin mientras ambos se pasean por el museo, también le gustan Lope de Vega, Calderón y Cervantes, autores predilectos de Puslikin.