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Crítica:'ELVIRA MADIGAM'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Huída imposible a la libertad

Elvira Madigan, de verdadero nombre Hedvig Jensen, era una importante artista de circo sueca que allá por 1889, mantuvo intensas relaciones sentimentales con un oficicial del Ejército, Sixten Sparre. Éste deserté, por ella, del cuerpo, abandonó a su mujer e hijos y huyó con la joven Elvira. El romance estaba sentenciado, y su final, trágico, fue un final a la japonesa, sólo que con arma de fuego en lugar de sable.Este hecho real cosquilleó en 1967 la sensibilidad de un cineasta sensible, Bo Widerberg, quien construyó un romántico poema que es, al propio tiempo, una profunda reflexión sobre la imposibilidad de huir al paraíso de la libertad. Una reflexión, por tanto, social. Una crítica social. Sin, afortunadamente, sermones discursivos ni banderas al viento de los cuerpos hippies que, en algún momento, por los años que corrían y las especiales características de la pareja protagonista, pudieran parecen.

Hay en Elvira Madigan, eso sí, un apasionamiento visceral. Widerberg reivindica el amor loco de, los protagonistas y su derecho a vivirlo donde quieran, como quieran y cuándo quieran, sin barreras morales ni ataduras de ningún tipo. Un filme, dentro de su belleza y su frenesí romántico, absolutamente desesperado.

Elvira Madigan se emite hoy, por TVE-2, a las 22.15.

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