Aquellos angelitos nuestros de la guarda
En 1979, como en 1978 o en 1977, criticar era una necesidad vital. Exteriorizar todos los demonios contenidos durante años. Escupir bilis irremediablemente germinada por los poderes unidireccionales. Hay mil caminos hollados por la dictadura que exorcizar. Uno de ellos, inevitablemente, el de nuestra educación religiosa por aquellos angelitos nuestros de la guarda. Hoy, materias como la Formación del Espíritu Nacional no deben tener médula vivencial para los seguidores de Gabinete Caligari o Siniestro Total, pero 20 años atrás eran un camino de espinas por el que cruzaba cualquier mozalbete de vecino de rodillas y sobre terreno de garbanzos crudos. Antonio Hernández edificó sobre esa base una fábula evidente y fácil, pero divertida y percutante. De alguna manera, la venganza de todos quienes pasaron esa asig.natura y todas las que una enseñanza oficial señalaba con su pretendido dedo moral.El resultado de la operación, muy lógicamente llamado FEN, es un filme de fuerza conceptual notable. Se trataba, en definitiva, de dar la vuelta a la tortilla. De convertir en verdugos a las víctimas, y en víctimas a los verdugos. De agredir, si alguna existiera todavía, conciencias no enteradas.
En cualquier caso, un perfecto conjunto de actores ofrece con gracia la panorámica del esperpento y como expulsión de infiernos particulares convertidos en colectivos funciona. O funcionó, que 10 años después toda historia va convirtiéndose en prehistoria y pierde fuego.
FEN se emite hoy a las 22.35 por TVE-2.
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