El Joventut ganó en una prórroga dramática al Barcelona
El Joventut, en un final dramático y sin sus americanos, ganó ayer al Barcelona por primera vez en la final de la Liga, y forzó un cuarto partido que se jugará el sábado en Badalona. El partido refrendó la tremenda igualdad que existe entre ambos equipos, por lo menos en sus seis hombres principales, y, al no cargarse excesivamente de personales el Joventut, jugó una prórroga mucho más valiente y acertada que la que perdió en el primer encuentro disputado en el Palau Blaugrana. La moneda, esta vez, cayó del lado verdinegro, principalmente por la valentía en el tiro de Montero y la inteligencia de Margall. En los últimos segundos, dos discutibles decisiones arbitrales -personal de Epi en ataque y pasos de Solozábal-, y un exceso de precipitación de Simpson en el tiro, quebraron las posibilidades del Barça de asegurarse el título.El encuentro tuvo tanta emoción como escasa calidad. En la primera parte, el Joventut sobrevivió gracias a Johnson y Jofresa. Villacampa falló de nuevo, y esta vez estrepitosamente, en un compromiso de la máxima importancia. La primera parte la cerró en el minuto 5, cuando sumó su tercera personal, con el escaso bagaje de tres puntos. Margall parecía reservar sus treintañeras fuerzas, y sólo se apuntó un triple en el último segundo de la primera mitad. El lanzamiento exterior del Joventut no existía, y Johnson tuvo que tomar el relevo desde las posiciones cercanas, donde Jiménez defendía con su habitual eficacia y Bryanl, parecía acelerado en su juego, quizás con ganas de terminar para irse de vacaciones.
El Barça, menos arriesgado en defensa que otras veces, no supo aprovechar su ventaja psicológica y eso que llegó a escaparse de 13 puntos (23-36).
En la segunda mitad, Margall comenzó a desperezarse, y con él su equipo. En un minuto, el Joventut recuperó la diferencia del descanso (de 38-41 a 42-41) y dio comienzo un tremendo pulso entre ambos equipos para ver quien era el primero en rendirse. Ninguno lo hizo. En los últimos segundos, Epi tuvo en sus manos, por dos veces, la Liga. A tres segundos del final, cometió personal en ataque debajo del aro, y en el saque de banda, cortó el balón lanzado por Margall, y falló en un intento desde ocho metros.
La prórroga, como en el primer partido, empezó mal para el Joventut, pero la resolvió con valentía.
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