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Una niña no recibió oxígeno por estar las bombonas vacías

La niña Amaya Cortés Gómez, de nueve años, que murió el pasado domingo a consecuencia de un paro cardiaco en un hospital de Ávila, permaneció durante algo más de una hora, junto a otras cinco niñas, en el puesto que la Cruz Roja tiene en la localidad abulense de Las Navas del Marqués tras ser trasladadas desde Robledo de Chavela. En dicho puesto de socorro, la niña no pudo recibir oxígeno. Las tres bombonas estaban vacías.

Amaya Cortés formaba parte de un grupo de boy scouts que en la mañana del domingo andaban junto a la vía del tren Madrid-Avila, a la altura del municipio madrileño de Robledo de Chavela. Una fuerte ráfaga de viento originada por el paso de un convoy desplazó a un grupo de niñas, que cayeron rodando por una pendiente y se causaron heridas de consideración. Amaya Cortés murió horas después en la residencia sanitaria Nuestra Señora de Sonsoles, en Ávila, donde aún permanecen ingresadas otras dos niñas, que sufrieron heridas de gravedad.Otras fuentes relacionadas con el medio deportivo manifestaron su extrañeza por el hecho de que las niñas fueran andando cerca de la vía del tren, algo que no haría cualquier monitor experimentado". Pero ayer no fue posible conocer el domicilio de la niña -Sólo que vivía con sus padres en Madrid- ni tampoco el organismo club deportivo que organizó excursión.

Una mujer, familiar de otra de las niñas ingresadas, sólo dijo que "ya no se puede hacer nada", y no quiso facilitar datos. El director del centro no pudo ser localizado ayer para intentar discernir si la muerte le la niña pudo tener relación con la falta de oxígeno.

Traslado en el tren

Las niñas fueron conducidas en el mismo tren hasta la estación de Navas del Marqués. Un grupo de vecinos del pueblo que se enteró de que la ambulancia estaba cubriendo otro servicio pidió otras a Ávila. Mientras tanto, un joven con su furgoneta se ofreció para acercarse al puesto de la Cruz Roja, distante unos tres kilómetros de la estación, para traer una bombona de oxígeno, ya que parecía que alguna niña respiraba con dificultad."Aquí empezó una serie de incidencias que dan vergüenzaajena", declaró a este periodico una de las personas que permaieció junto a las niñas dos hoas. "Pasaba el tiempo, y decidimos llevarlas en nuestros coches al puesto de socorro de la Cruz Roja. En ese momento llegaba el joven de la furgoneta con la bombona, y le dijimos que nos siguiera.

En el puesto, un pasajero del tren, ATS de profesión, que se quedó con las niñas, le aplicó a una de ellas la mascarilla de oxígeno, y "entonces advertimos que estaba vacía, y lo mismo otras dos bombonas similares. Empezamos a ponernos nerviosos. A una niña quisimos ponerle un torniquete en el brazo, y la goma se rompió".

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Según la relación del informante, el médico del pueblo llegó al puesto de socorro y puso una inyección a dos de las niñas y una botella de suero a una de ellas. Las ambulancias no llegaban, y, continúa el declarante, "un sargento de la Guardia Civil comenzó a parar furgonetas.Cuando estábamos en ésas aparecieron por fin cuatro ambulancias".

El jefe de la Cruz Roja en Ávila confirmó que las bombonas estaban vacías, pero negó que eso pueda interpretarse como una falta de previsión: El puesto de socorro es de los calificados como de primeros auxilios, que no cuentan entre sus medios con bombonas de oxígeno. Si las tenemos es porque Navas del Marqués sufre un fuerte incremento de población los fines de semana y en verano. Las bombonas de oxígeno se utilizan casi fundamentalmente para los vecinos del pueblo, y para reponerlas hay que enviarlas a Madrid".

"Es posible que hoy [por ayer]", añadió, "no estén repuestas, pero es que estamos practicando una medicina rural, sin los medios de la ciudad. Nuestro personal ayudó en Ic que pudo a las niñas, a dos de ellas se las practicó el boca a boca, y cuando se las trasladó en la ambulancia tampoco se las suministró oxígeno, porque no se consideró necesario, y a veces, si no se tiene un diagnóstico previo, puede ser contraproducente".

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