"Nos vemos esta tarde en el club"
Gordos, curas casados, amantes de la fe o del 'bonsai' tienen su lugar de reunión en Madrid
Existen en Madrid multitudinarios clubes deportivos, famosas peñas taurinas, fundaciones culturales y organizaciones políticas que prácticamente todos conocen. Junto a ellos conviven asociaciones que pasan por la ciudad casi inadvertidas, como de puntillas. Quienes defienden al pequeño accionista o coleccionan envases de cerveza, o quienes decidieron compartir el amor a Dios con el de una mujer. Casi todos afirman que los españoles son personas con poca afición por la. vida colectiva, a pesar de que hay más de 60.000 asociaciones no políticas inscritas en el Ministerio del Interior.
Muchas peñas nacen en la ciudad con el único objetivo de pasárselo bien, como la formada hace 20 años por Los 13 Gordo del Humor, aunque ni son 13 sino 14, ni tampoco todos gordos. Manuel Cruz, su fundador y presidente, cuenta que son una peña de "matrimonios cachondos, de chufla". No esconde la chulería cuando habla: "Si ha habido que pasarse la noche entera bailando en las Vistillas a ritmo de organillo y después ir a la misa de la Paloma, mi menda ha sido el primero". Fue esta peña pionera en la creación de grupos interesados en recuperar los modales castizos de Madrid."La necesidad hace el órgano, decía Darwin", es la primera explicación que da Francisco Mantecón, secretario de la Asociación de Sacerdotes Casados. Señala que, aunque sin cifras oficiales, en Madrid hay alrededor de un millar de curas casados. "La Iglesia, que se proclama madre, nos deja abandonados en la cuneta como si fuéramos traidores o desertores". ASCE nació en 1978 y cuenta con 300 socios de derecho y 45 que cotizan. Mantecón, que prestó servicios a la Iglesia católica durante 33 años, se casó en 1976. Trabaja en un despacho donde se mezclan las estampitas de la Virgen con las fotografías de su esposa.
Angel González es el presidente de la Asociación de Coleccionistas de Envases de Cerveza, fundada hace cuatro años. "Somos 20 personas metidas en la parafernalia de la cerveza". La mitad de los socios son madrileños, casi todos jóvenes y estudiantes. A la asociación le queda mucho para alcanzar las cifras de los clubes norteamericanos, con 20.000 socios algunos. La media del coleccionista se sitúa en el millar de latas. Ángel, como presidente que es, tiene 4.000 botellas almacenadas.
Aparte de los amigos de sus amigos, Madrid es especialmente pródiga en repartir amistades. Hay para elegir: amigos de los castillos y de los conventos, amigos de Goya y de Togo, del alcohol, del vídeo en familia y de la buena vida, amigos del cosmos y los seres extraterrestres, de la ópera, del teatro Real, del Museo del Prado, amigos del ferrocarril, de la capa, el bastón y los leprosos. Cada raza canina tiene, por su parte, su club. Cada jueves, a las siete de la tarde, se reúnen los miembros del Club Bonsai de Madrid en el Jardín Botánico. Y todos los días se juntan los hidalgos en la calle Atocha. No falta la asociación para la conservación e investigación de las aves exóticas, ni la que fomenta el uso de papel reciclado.
El Grupo de Peregrinos cuenta con 300 socios, nació en 1973 y destina sus fuerzas, aparte de luchar contra el divorcio y el aborto, a organizar excursiones a santuarios para fomentar la fe mariana en España.
Para "impulsar, fomentar y defender la política patrimonial del pequeño ahorro invertido en acciones, obligaciones o participaciones" nació en Madrid hace nueve años la Asociación Española para la Defensa del Pequefío Accionista con un patrimonio fundacional de 25.000 pesetas. Son 180 socios de pleno derecho que cotizan 1.200 pesetas anuales.
Lo que en 1975 era un grupo de abogados que se reunieron para promover una ley de divorcio acabó convirtiéndose en la Asociación Mixta de Separados de Madrid. Son mujeres el 60% de los socios, que tienen una edad media entre los 40 y los 45 años. En cuatro años han salido tres parejas entre los socios que, a pesar de haberse casado, han podido continuar juntos bajo el techo del mismo club.
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