Las dimensiones del Palacio de Deportes de Madrid impidieron el récord mundial de Sjoeberg
Patrick Sjoeberg, un sueco de rubia melena, de 22 años, dos metros de estatura y 83 kilos de peso, el mejor saltador de altura del momento, intentó el récord mundial (2.42 metros) ayer en Madrid y en dos ocasiones rebasó el listón, pero no pudo evitar caer sobre él. Las reducidas dimensiones del Palacio de Deportes le impidieron tomar mayor carrera para impulsar mejor su salto. Se quedó sin los tres millones de pesetas que tenía prometidos como premio, pero su categoría quedó patente. Porque no hay saltador en el mundo capaz de elevarse hasta donde él lo hace con tan sólo siete zancadas.
Ocurre que el Palacio de los Deportes de Madrid tiene unas dimensiones muy reducidas y la carrera del saltador se encuentra, por ello, limitada. El atleta se aleja del listón para tomar impulso, pero sólo hasta donde las gradas se lo permiten. Tiene que adecuar entonces su cartera al espacio que existe. Sjoeberg se iba hasta donde no podía más. Apoyaba su talón derecho sobre la pared.La carrera de Sjoeberg comenzaba con unos pasos previos, muy cortos, e iniciar la zancada en el sitio previsto. Entonces ya no podía dar más de seis, además de la última, mucho más reducida, para flexionar e impulsar hacia arriba.
En las competiciones de verano, Sjoeberg puede aumentar su número de zancadas al disponer de un espacio ilimitado en los estadios. Así sucedió el pasado día 1 cuando estableció la plusmarca mundial de pista cubierta en 2,41 metros, igualando además la del aire libre del soviético Igor Plaklin, porque el recinto de Atenas dispone para los saltadores de unas dimensiones comparables a la de los estadios.
Sjoeberg tenía que llegar al listón con su velocidad ideal para iniciar el salto, entre 6 y 7 metros por segundo. Sucede que esta velocidad puede alcanzarla igual con siete zancadas que con más, pero tiene que adecuar para ello sus apoyos al espacio que se le ofrece. Sjoeberg hizo lo que pudo. Porque saltó 2,19, 2,23, 2,27 y 2,32 metros al primer intento y 2,37 al tercero, altura para la que ya se necesitan más zancadas de las imprescindibles. Los 2,42 metros que pidió a continuación se le atragantaron sólo en el tercer intento. En los dos anteriores demostró que es capaz de saltarlos en cuanto su talón no tope con la pared de unas gradas.
Sjoeberg tendría que haber competido con el alemán occidental Carlo Thraenhardt, cuya marca es de 2,40 metros, realizada el pasado mes y que figuró como récord mundial en pista cubierta hasta que Sjoeberg se elevó un centímetro más. El duelo era el plato fuerte de la reunión de Madrid, Memorial José María Cagigal, pero Thraenhardt excusó su ausencia diciendo que competía en Turín. Auita, como era previsible, tampoco se presentó.
González y Abascal
José Luis González y José Manuel Abascal contribuyeron al espectáculo con sus victorias en 3.000 y 1.500 metros, respectivamente. Ambos ganaron con autoridad total ante rivales a tener en consideración.González se impuso al holandés Kulker, que fue el hombre que eliminó a Abascal y arrebató la medalla de bronce a González en los Europeos de Stuttgart 86. Abascal, por su parte, venció a otro holandés Druppers, actual subcampeón mundial de 800 metros.
Del resto de las figuras, Moracho ganó a Bryggare en las vallas y Woronin y Nelli Cooman vencieron en 60 metros, donde Myricks quedó eliminado en semifinales.
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