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El Madrid perdió su mejor oportunidad en Tel Aviv

Luis Gómez

Puede que las circunstancias no dejaran lugar para otra cosa, pero el Real Madrid permitió que un partido decisivo se jugara con una moneda al aire. Y se Jugaba en Tel Aviv, así que pasó lo que Pasó. Tras esta derrota, el Madrid pierde su mejor oportunidad, después de la de Milán, de: enderezar sus aspiraciones. No lo ha perdido todo, porque le quedan aún dos visitas a domicilio (Orthez y Zadar), pero pocas situaciones tan favorables va a tener para arreglar su camino.A pesar de todo ello, el equipo madridista dio sensación de tener capacidad suficiente para haber ganado un partido que dominó salvo a falta de 14 segundos. Al Maacabi, dadas sus carencias, y la lesión inicial de Jamchi, no le quedaba otra solución que esperar a la última jugada en condiciones; jugó como un desahuciado que esperaba el milagro. El Madrid, a pesar de la lesión de Corbalán corrió un grave riesgo que pagó caro.

Y eso que su planteamiento inicial fue bien diferente. Sucedió que perdió ambición. En su inicio mostró una clara disposición de ir a resolver el partido cuanto antes, con presión tras tiro libre conseguido. A los pocos Minutos consiguió asustar al rival y, sobre todo, que el público adquiriese noción de que podía sufrir con su equipo. Esta predisposición le permitió alcanzar tres objetivos casi de inmediato: acallar al respetable, colocarse en una incipiente ventaja (13-8) y dejar al Maccabi sin soluciones por las alas. Berkowitz actuaba a cuentagotas y el temible Jamchi se sentaba lesionado al caerle encima Spriggs. No fue lo único positivo que hizo el norteamericano.

Pero estas tres ventajas no fueron aprovechadas en su totalidad; como tampoco se aprovechó a Spriggs. Con 17-10 a favor, el Madrid desperdició tres ataques y dio lugar a que, perentoriamente, el equipo israelí redujera distancias y encontrara una mínima solución: los tiros exteriores de Magee.

Pudo servir de excusa que la lesión de Corbalán se produjera en un momento poco propicio, porque el base quizá hubiera podido seleccionar mejor otro momento en que era importante adquirir cierta reserva de tantos. Al joven Ruiz Paz le cayó en suerte una responsabilidad tremenda, en una cancha llena de historia, pero no salió mal de ella.

Porque Larry Spriggs era un hombre desaprovechado. En una primera parte de calidad, además de lesionar a Jamchi, superó descaradamente a Kornelius. Spriggs anotó todos sus tiros libres y provocó, en los 15 primeros minutos, siete personales al contrario, de un total de nueve pitadas al Real Madrid. No se aprovechó esta veta. Y en la segunda parte volvió a demostrar que tenía mucha capacidad en sus manos.

Por tanto, durante la segunda parte, el Madrid no tuvo ningún éxito por desequilibrar el partido. Seguía estando bastante claro que el Maacabi demasiado hacía con mantenerlo igualado. Incluso en circunstancias accidentales como las personales, el equipo madridista estaba en situación propicia Romay alcanzaba su cuarta personal, pero este riesgo quedaba compensado con las cuatro personales respectivas de la pareja Magee-Johnson.

Por lo cual, el Madrid perdió en Tel Aviv por décima vez. La de ayer era su visita número 13 a esta capital. Siempre fue una cancha difícil, pero posiblemente nunca el Madrid había contado con una situación tan favorable. No tuvo suerte, desde luego, pero tampoco la buscó Con una tenacidad encomiable el destino se fue encargando de ir anunciando desde tiempo atrás que el partido se iba a decidir en la última jugada. En realidad, a falta de 80 segundo hubo algo más que una última jugada; hubo cinco posesiones de balón. Casualmente, tres de ellas estuvieron en manos del Real Madrid. Y éste no aprovechó ninguna, porque no consiguió mover su marcador. De un 80-77 se pasó al definitivo 80-81. Tampoco cabe la excusa de que los árbitros hubieran jugado descaradamente a favor del equipo local. Lo que pasa es que si se tira una moneda al aire ya se sabe, en Copa de Europa, el resultado.

En otro partido jugado ayer, el Tracer de Milán se impuso en su visita al Zadar yugoslavo, 85-78, por lo que iguala en cabeza de la clasificación con el Orthez francés y el Maccabi. Éste, sin embargo, ha jugado un partido más, por los dos disputados la semana pasada en Bruselas, con el Zalgiris soviético en los que vencieron uno cada equipo.

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