Eduardo de Inglaterra decide en familia su futuro militar
El hijo de Isabel II anunciará hoy su decisión
El príncipe Eduardo, de 22 años, hijo menor de la reina Isabel II de Inglaterra, anunciará hoy públicamente la decisión sobre su futuro que ha estado madurando, junto a su familia, el pasado fin de semana en el palacio de Sandringham, una de las residencias de descanso de la realeza británica en el condado de Norfolk. Allí, a sus puertas, el cerco de periodistas no consiguió romper el suspense sobre si el tercer hijo varón de la soberana abandonará su carrera en la Real Infantería de Marina, que había iniciado hace tan sólo cuatro meses.
El dilema principesco que debía resolverse este fin de semana tenía todas las características de una cumbre de la familia real, a la que han asistido los padres de Eduardo, la reina Isabel y su esposo, el duque Felipe de Edimburgo; su hermano mayor, Carlos de Gales, con su esposa, Diana; su abuela -la reina madre-, y la princesa Margarita, tía del dubitativo príncipe. Su otro hermano, el príncipe Andrés, militar, no asistió al conciliábulo.La presente crisis salió a la luz el pasado miércoles por la indiscreción del diario sensacionalísta The Sun, que reveló que Eduardo, de 22 años, había salido el día anterior abruptamente del cuartel de Lymptone, en el condado de Devon, al sur del país, porque había tomado la determinación de abandonar el cuerpo de la Real Infantería de Marina, donde había ingresado como aspirante a teniente hacía tan sólo cuatro meses.
El propio protagonista apareció el viernes a caballo a las puertas de Sandringhani y fijó el lunes como.plazo para anunciar su decisión final.
Desde entonces, aunque algunos periodistas aseguran que el príncipe ha estado cazando faisanes con su familia en la finca, otros informadores creen haberle visto cabalgando meditabundo en solitario por el parque, pero todo lo que ha habido han sido especulaciones sobre el resultado de sus reflexiones y sobre las posturas que han adoptado los miembros de la' familia real en la polémica. Todos los observadores dan por descontado que la línea dura de presión para que se mantenga en el ejército ha estado representada por el padre de Eduardo.
Felipe de Edimburgo, que hizo una brillante carrera en la Royal Navy, es conocido por su clara predilección por la vida militar y por tener un talante prusiano que ha aplicado a la educación de sus hijos. Los tres varones han ido al internado de Gordonstoun, en Escocia, famoso por su, disciplina espartana, y tanto el heredero de la corona, Carlos, como su hermano Andrés han cursado estudios militares. El príncipe de Gales en las tres armas y su hermano en la Marina, donde es hoy oficial en activo.
Sensibilidad cultural
La carrera castrense es una tradición para todos los hijos varones de la familia real británica y, tras haber cursado tres años de Humanidades en la universidad de Cambridge, Eduardo no pretendía romper esta costumbre. Aunque su decisión de inclinarse por la Infantería de Marina y no por la Armada, como su padre y hermanos, ya era un tanto heterodoxa. Su padre no podía desaprobarla, ya que es capitán general de dicho cuerpo.Eduardo, que tiene una reputación de persona sensible al mundo cultural, que destacó en la Universidad por sus inquietudes -en Cambridge se interesó por el arte dramático- parece que ha reaccionado con un rechazo al machismo y buscaría una alternativa de mayor estímulo intelectual.
De confirmarse su decisión, que parece contar con el apoyo de Carlos y Diana de Gales, así como con el de Sarah Ferguson, pero no así con el del esposo de ésta, Andrés, la reina, que como madre es sensible a la zozobra de su hijo, se encontraría en una situación un tanto anómala.
En la opinión pública, la controversia ha dividido a quienes se escandalizan de que por vez primera un príncipe no pueda vestir uniforme en las grandes ocasiones frente a quienes ven con simpatía la personalidad independiente de Eduardo.
En el ambiente de cábalas de la Prensa dominical londinense, The Observer cree saber de una fuente interna de Sandringham que el príncipe decidirá después de su crisis reintegrarse a sus estudios militares para demostrar que no es débil, como se ha sugerido. Pero la mayoría de los semanarios sostiene que el príncipe confirmará su adiós a las armas, decisión para la que, según su ex tutor en la universidad, hace falta más valor que para permanecer en los Royal Marines.
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