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El Estudiantes tuvo más carácter que el Cacaolat

Luis Gómez

Cacaolat y Estudiantes presentan dos personalidades diferenciadas. El primero tiene hoy más y mejores jugadores que hace un año, pero el segundo los mismos. Codina intentó hacerlos jugar con una variada gama de respuestas a la misma pregunta: la velocidad, la garra, la particular forma de ser del Estudiantes. Pero se impuso el carácter más fuerte, el del equipo local, y el Cacaolat no pudo evitar ofrecer una imagen algo sosa e indefinida, algo abúlica. Es un equipo que no provoca.Aún así, Codina intentó jugar el partido en todo momento, ayudando a sus jugadores. Los colocó en defensa individual, luego en zona, presionaron a Gil tras tiro libre conseguido, buscó mayor velocidad prescindiendo de los jugadores más altos, cambió los marcajes y presionó al final para reducir diferencias. Cada decisión tuvo alguna validez, pero incompleta, porque dio la sensación de que el equipo es frío, lo pongan como lo pongan. Del lado opuesto, el Estudiantes pareció jugar igual que siempre, sin matices, lo que no deja de tener algún efecto engañoso porque, efectivamente, cada semana que pasa Garrido utiliza más y mejor a sus jugadores, Coll y Montes o Rementería y Rodríguez, son suplencias que no hacen bajar el tono del equipo.

Por lo cual, el partido se mantuvo en un tono de igualdad durante toda la primera parte (49-44 al descanso), pero fue un acceso de raza lo que permitió al Estudiantes romper una situación que parecía angustiosa en la reanudación (51- 50), dado que el Cacaolat parecía más entero y certero. Cobró situación de relativa ventaja (58-50) y supo mantenerla a pesar de las decisiones de Codina, de cierto apuro con las faltas personales y de la velocidad de Creus. Creus era tan considerablemente más rápido que sus compañeros que le daba tiempo a dar varias vueltas por la zona antes de que ellos se colocaran en sus posiciones. Así, es obvio deducir que Creus, en el mismo tiempo, hace muchos más kilómetros que el resto. Cuando expulsaron a Robinson, el equipo bajó su agresividad y lo acusó en la reacción final.

El Estudiantes contó con 17 tantos de ventaja (73-58), que redujo rápidamente el Cacaolat. Pero, al final, volvió a faltarle más garra y el Estudiantes mantuvo el partido con una serenidad poco habitual en un equipo con tendencia a ponerse nervioso en esos minutos.

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