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GENTE

Shane Purser,

de cinco años de edad, sembró la alarma en localidad británica de Urpington al utilizar el télefono de emergencias de la policía para pedir ayuda. El niño mostraba un estado de gran excitación y sólo fue capaz de dar su número de teléfono. La patrulla policial localizó la casa y descubrió al malhechor: Heidi, la hermana de Shane, que se dedicaba a hacerle trampas jugando al Scrabble, un juego de palabras competitivo.

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