Hernández Mancha y Miguel Herrero hablan el lunes para llegar a un consenso

Herrero ofrecerá a Hernández Mancha una lista de consenso en la que figuren ambos, aunque reservándose el propio Herrero la presidencia del partido y cediendo al segundo una secretaría general con poderes ampliados, según medios de la sede central aliancista. La personalidad del candidato a la presidencial del Gobierno en 1990 sería un asunto para debatirlo posteriormente, tras las elecciones municipales y autonómicas de junio.Pese a la cautela mantenida por Hernández Mancha en sus declaraciones, medios aliancistas andaluces consideran poco probable que acepte la oferta de Herrero. En la actualidad, la mayor parte de los parlamentarios y dirigentes de AP en Andalucía presiona a Hernández Mancha para que lance públicamente su candidatura ante el próximo congreso extraordinario del partido. "Si se produce una catástrofe electoral en junio y el partido está presidido por Herrero, todo el mundo lo considerará un hundimiento de AP; si el partido está para entonces presidido por Hernández Mancha, todavía quedará una puerta abierta a la esperanza, porque nadie podría culparle del resultado", comentó una fuente próxima al dirigente andaluz.

Posiciones radicales

Dirigentes de AP en Castilla-La Mancha, Extremadura -donde, sin embargo, la postura oficial es la de apoyar una lista de consenso-, Cataluña y Cantabria han ofrecido ya apoyo a una lista presidida por Hernández Mancha, quien también se considera respaldado por los vicepresidentes Alfonso Osorio y Fernando Suárez, y más tibiamente por el secretario general, Alberto Ruiz Gallardón.Un grupo de empresarios y al menos dos entidades bancarias han ofrecido igualmente una financiación "suficientemente generosa" a Hernández Mancha en el caso de que éste "diese el paso adelante", según confirmaron fuentes de AP en Sevilla.

Herrero cuenta, por su parte, con el apoyo de Castilla y León, Murcia, Aragón, Madrid y, posiblemente, Galicia, si bien resulta difícil prever hacia dónde se inclinarían, en caso de que finalmente se diesen dos listas en el congreso extraordinario, los votos de la dividida AP gallega.

Este panorama, en el que, en principio, las fuerzas se presentan muy equilibradas, hace que Herrero se vea forzado a buscar por todos los medios un consenso con Hernández Mancha, quien, por su parte, asegura no querer "la menor confrontación que pudiera romper el partido". Sin embargo, tanto los dirigentes aliancistas andaluces como los vicepresidentes nacionales opuestos a Herrero se muestran crecientemente hostiles a la figura del nuevo hombre fuerte de Alianza Popular.

Ello podría contribuir a radicalizar posiciones, según temen algunos de los más cercanos colaboradores del vicepresidente de AP Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón.