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FÚTBOL / COMIENZO DE LA SEGUNDA VUELTA DE LA LIGA

El Sabadell salvó, de penalti, un punto ante un Betis conformista

Al perro flaco todo se le vuelven pulgas, dice el refrán, y eso es precisamente lo que le ocurrió ayer al Sabadell, que encajó el gol del Betis cuando menos se lo merecía y cuando ya pasaban algunos segundos de los 45 minutos reglamentarios de la primera parte. Pero, esta vez sí, el Sabadell se transformó e hizo vibrar a la tan castigada afición arlequinada logrando un meritorio empate ante el Betis, que pecó de conformismo.Los arlequinados no sólo fueron capaces de empatar el partido, sino que, además, se merecieron ganar por su juego y por el constante acoso que ejercieron sobre el portero Cervantes. Sin duda, el inicio de esta segunda vuelta ha sido más que prometedor para el Sabadell, por lo menos por lo que demostró anoche sobre el terreno de juego. Los pupilos del técnico José Martínez no es que practicaran un juego brillante, pero sí sacaron a relucir un poder de reacción hasta ahora desconocido y que los llevó en la segunda parte a tener encerrados en su parcela a los jugadores béticos.

También fue valiente Martínez, que, además del cambio de rigor, al dar entrada a Llabrés por el inoperante Giménez, se atrevió a hacer debutar en Primera División al joven Barbará, un chaval que la temporada pasada fue uno de los máximos goleadores con el Sants y que está pidiendo a gritos una oportunidad en el eje de la delantera del Sabadell.

En la primera parte el juego se desarrolló con alternativas para uno y otro equipo. En el Betis, sin Rincón ni Gabino, el peligro lo ponía Perico Medina, que tuvo dos ocasiones claras para batir a Capó. Pero el Sabadell se fue asentando sobre el terreno de juego y presionando cada vez más a su rival. Éste cada vez prodigaba menos sus contraataques y parecía conformarse con llegar al descanso manteniendo el resultado. Se encontró, sin embargo, con un gol cuando casi todos pensaban ya en irse hacia los vestuarios.

La ambición del Sabadell en la segunda parte y el conformismo o impotencia del Betis hicieron que llegara el empate. El delirio también habría llegado si tres minutos después de que Alonso transformara el penalti, Cervantes no hubiera interceptado magistralmente un tremendo disparo de Nacho. El Sabadell, al final, salvó un punto de penalti. Y, para este equipo, un punto tiene su importancia.

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