La obsesión del penalti

Marcar un penalti lleva camino de convertirse en la obsesión de la selección española en los últimos partidos oficiales. Parece como si una maldición cayera sobre el encargado de lanzarlo. España quedó eliminada del Mundial de México cuando Eloy falló un penalti ante Bélgica, y en la Eurocopa ya lleva dos lanzamientos desperdiciados. Butragueño falló uno hace dos semanas contra Rumanía, y ayer fue Chendo el que lo lanzó también mal.Los penaltis que desperdiciaron Butragueño y Chendo no tienen importancia alguna de momento, pues los partidos se ganaron. Pero en la clasificación España podía llevar cinco goles a favor y uno en contra, en lugar de tres y uno, respectivamente. A la fase final de la Eurocopa pasa el primer clasificado del grupo, y en caso de empate a puntos en cabeza, lo hace el que mayor diferencia de goles tenga entre, los marcados y los encajados.

España tiene ahora, pues, más dos en esa diferencia de goles. Podía tener más cuatro, pero se fallaron los penaltis. La clasificación para la fase final se gana por puntos, y España va por delante hasta ahora, con dos partidos ganados. Pero por el nivel que mostró Rumanía en Sevilla, no se puede descartar que se alcance el final con un empate a puntos, y en ese caso el primer criterio para fijar el campeón de grupo es el de la diferencia entre goles marcados y encajados. El lujo de fallar un penalti, además, puede acabar traumatizando al jugador.

Para el partido de ayer estaba fijado Señor como primero para tirar los penaltis, y Chendo el segundo. Butragueño había fallado en Rumanía y por eso quedó relegado. Chendo lanzó en Turín, en la serie de desempate contra la Juventus. Suele tirar fuerte y por arriba. Es un jugador que le pega duro al balón. Ayer quiso tirar con un estilo más elegante: flojo y abajo. Y falló.