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El sector bancario hace sonreír al mercado

Tal y como se esperaba, los escasos tanteos compradores de la jornada anterior han conseguido mantener el ambiente discretamente optimista con que se encaró el fin de semana, aunque hay que destacar que las noticias positivas, como es la rebaja en el precio de los carburantes, han pasado por el parqué sin pena ni gloria, lo que equivale a admitir que el mercado no tiene intenciones de mejorar su situación a corto plazo. Esta ausencia casi total de expectativas está generando un ambiente en el que tienen más posibilidades de fructificar los factores negativos que los positivos. Al tiempo, el nivel de la contratación está entrando en una fase de descenso que ya ha situado al mercado madrileño muy cerca de los 4.000 millones de pesetas efectivas, cifra que queda muy por debajo de la media anual, todavía superior a 7.000 millones de pesetas. En cuanto al mercado a crédito, se ha producido una vuelta a la normalidad al remitir las ventas, aunque también ha experimentado un notable descenso en el volumen negociado, ejemplo a su vez de la falta de previsiones de cara al futuro más inmediato.Por el contrario, y aunque tampoco han dejado sentir su influencia, no han caído nada bien dos noticias referentes al sector bancario. La primera hacía referencia a la posibilidad de que el pasivo bancario se encareciese a raíz de concederse libertad a las instituciones para fijar su remuneración, lo que, traducido al entorno económico, puede significar más problemas a la hora de bajar los tipos de interés. La otra noticia era el mantenimiento del dividendo de Banesto, pero en unos términos que no han conseguido convencer a los inversionistas.

Si faltaban elementos negativos, la aprobación del descenso del precio de los carburantes ha hecho correr algunos rumores sobre el índice de precios al consumo de octubre, toda vez que hasta ahora se había insistido en mantener los precios tal y como estaban. Así las cosas, son pocos los inversionistas que arriesgan una toma de posiciones en tanto no se aclare, al menos en parte, el panorama económico, algo que se considera muy difícil, pues los dos últimos meses del año son tradicionalmente alcistas en lo que se refiere a los precios al consumo.

La sesión en sí careció de interés, por las tímidas entradas que se produjeron en algunos valores concretos, que no parecían tener fuerza suficiente para arrastrar al resto hacia una posición más estable. Los altibajos se sucedieron en la mayoría de los grupos hasta que el bancario rompió la trayectoria de la jornada y consiguió acumular algún dinero en torno a los siete grandes. Los saldos negativos del día anterior se convirtieron en una demanda generalizada que llevó a este pequeño grupo a obtener un saldo sin contrapartida vendedora de casi 150.000 títulos, lo que se tradujo en avances de hasta 40 enteros y en un importante empujón al índice general que, gracias a la ponderación de este sector, consigue cerrar la sesión, y la semana, con un pequeño avance. Construcción, y tres valores del grupo siderúrgico, constituyen el resto de los datos positivos del día, pasando los demás sectores casi inadvertidos.

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