Un millón de personas se beneficiará de las autovías del sur de Madrid

La construcción de la red de autovías del sur de Madrid intentará acabar antes de 1989 con el caos circulatorio que sufre un millón de vecinos del cinturón de Madrid. La solución vale 4.000 millones de pesetas, que se convertirán en vías de dos carriles por sentido y variantes por Getafe, Leganés, Alcorcón, Móstoles, Fuenlabrada, Pinto y Parla.

En el triángulo formado por las nacionales IV y V, donde viven 812.500 personas, las viejas carreteras soportan diariamente una media de 30.000 a 35.000 vehículos en cada uno de sus tramos. Un 30% del tránsito corresponde a vehículos pesados. En 1984 hubo 230 accidentes con víctimas. En el mejor de los casos, actualmente se tarda una hora en recorrer los 20 kilómetros que separan Móstoles de Pinto.La norma internacional indica que las vías de intensidades medias superiores a los 10.000 vehículos diarios deben estar desdobladas.

El plan tiene forma gráfica de una H tumbada. El tramo superior une las nacionales IV y V a través de Getafe, Leganés y Alcorcón; son 12 kilómetros, que estarán terminados en la primavera, tras haber invertido 1.575 millones.

El tramo inferior corresponde a la autovía que unirá las mismas nacionales, pero a través de Pinto, Fuenlabrada y Móstoles. Tiene 1.951 millones de presupuesto y 20 kilómetros, que estarán ultimados en dos años y medio. El palito que une la simbólica H lo forma la autovía Fuenlabrada-Leganés, cuyos 7,5 kilómetros están ya abiertos.

"No habrá ni un punto negro si se respetan las limitaciones y la señalización", apunta Juan José Jarillo, jefe del Servicio de Planificación de la Dirección General de Carreteras.

En medio de esta vorágine de asfalto, quizá los que queden más desprotegidos sean los peatones. La Comunidad de Madrid ha desestimado la construcción de pasos elevados porque "no los usa nadie", confiesa Juan José Jarillo. No obstante, las paradas de autobús se situarán en puntos con buena visibilidad, y los peatones dispondrán de zonas de refugio en el centro de la calzada.

El programa de autovías, además de mejorar el tránsito entre las poblaciones del sur, tiene el objetivo de facilitar la conexión con Madrid. Actualmente, las arterias de acceso son la N-V, la N-IV y la carretera de Toledo. A estas alternativas habrá que sumar dos autovías que partirán de Leganés: la carretera de Carabanchel y el Camino Viejo de Leganés.

Además hay que considerar la construcción del distribuidor sur metropolitano, que terminará en la N-V junto a San José de Valderas y que canalizará el tráfico hacia el Sur y Este de Madrid. Así se despejará la densidad de la carretera de Extremadura, por donde circulan cada día 110.000 vehículos. El resto de la red de accesos se repartirá los 95.000 vehículos de la carretera de Andalucía y los 51.000 de la de Toledo.