Juan Morano,
el alcalde de León, que ha permanecido 11 días en huelga de hambre para evitar el cierre del matadero, ha asegurado que lo que más echó de menos durante su penitencia fue estar con su familia y comerse uno o varios platos de alubias con chorizo y oreja de cerdo. Una vez concluido el ayuno, su primer deseo se ha visto cumplido, pero no el segundo. Los médicos le han obligado a seguir una estricta dieta de readaptación: consomés, zumos y algún yogur, que él sigue a rajatabla como un colegial.
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