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François Guillaume

El ministro francés de Agricultura, 'ogro' en la negociación España-CE, brinda con cava aragonés

Al término del seminario hispano-francés celebrado el fin de semana en el monasterio de Cogullada, en Zaragoza, el tema estrella fue el acuerdo pesquero que pone fin al rosario de contenciosos entre los dos países, diluidos en casi su totalidad tras el ingreso español en la Comunidad Europea. Pero antes y durante la reunión, el ministro estrella era el titular francés de Agricultura, François Guillaume. Guillaume fue, hasta que Jacques Chirac lo hizo ministro el pasado mes de marzo, el ogro permanente de los negociadores españoles para el ingreso en la CE.

Antes de ser ministro, Guillaume era el máximo dirigente de la patronal agraria francesa, la conservadora Federación Nacional de Sindicatos de Explotaciones Agrarias (FNSEA), que agrupa a 700.000 afiliados, y repetía cada vez que se terciaba que era necesario un referéndum para aprobar la ampliación de la CE. Otras veces acusaba a Mitterrand de pactar condiciones "inadmisibles". Guillaume era el duro de los negociadores comunitarios, y su capacidad movilizadora le permitía enviar de vez en cuando a Bruselas a varios cientos o mi les de campesinos, para protestar ruidosamente contra la política de precios agrarios de la CE, o contra las propuestas que se iban haciendo a España.Pero el antiguo ogro Guillaume se mostró en su primer encuentro con su homólogo español hecho un corderito. Y en Zaragoza fue el principal animador de la nueva política hispano-francesa de cooperación agrícola y pesquera, olvidando la política de confrontación habitual hasta hace pocos meses en las relaciones bilaterales.

Françoís Guillaume, que junto a su homólogo Carlos Romero, ha consumido el mayor número de horas dialogando y negocian do en la reunión interministerial de Zaragoza, superó con comodidad y simpatía los varios brindis que tuvo que hacer durante la cena que el sábado ofreció a las dos delegaciones el presidente de la Comunidad Autónoma de Aragón, brindis hechos con cava aragonés, elaborado siguiendo el método tradicional champanois.

Guillaume, al que se vio dando largos paseos con Carlos Romero, ayudados en sus conversaciones por un intérprete, sorprendió a su homólogo español con sus conocimientos del arte mudéjar y su admiración por algunos monumentos zaragozanos. Y llegado a un punto, dijo que el mudéjar era una derivación hacia la arquitectura siria, a lo que Romero asintió sorprendido, sin atreverse a polemizar.

Guillaume tiene 54 años y posee la medalla al valor militar, por méritos durante la guerra de Argelia. Fue un empresario agrícola con intereses cerealistas y ganaderos en la rica zona del centro de Francia.

Su fichaje como ministro, cargo que aceptó sin pestañear, fue considerado como una inteligente y efectiva operación del primer ministro Jacques Chirac, quien ganó un ministro y se evitó un enemigo en los poderosos en los sindicatos agrarios.

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