Spriggs presentó el 'pase eléctrico'
Spriggs se presentó en el pabellón con ganas y se sacó de la manga el pase NBA o la asistencia eléctrica, que viene a ser lo mismo, para deleite del respetable que guste del buen baloncesto. Otras cosas trae, entre buenas y no tan notables, como cierta propensión a acumular personales, algunos despistes en el marcaje y un ademán relajado para el lanzamiento desde media distancia. Tiene buena mano Spriggs, pero da la sensación de que le aburre tirar. Entre medias, el Leche Río estuvo luchador, peleó con dignidad y dio lugar a un partido entretenido, lleno de acciones individualistas.El pase eléctrico de Spriggs puede valer por toda una jugada, sustituir o dejar en desuso el sistema o resolver un problema en dos segundos. El balón llega al lugar exacto sin que el receptor lo vea, pues sólo tiene tiempo la presentirlo y, por tanto, debe correr con las manos abiertas para la recepción. Así empezó Spriggs a levantar aplausos y así, también, contagió a sus compañeros por unos minutos. Se produjo entonces media docena de jugadas que valieron por todo el partido.
Pero la alegría se apagó porque es difícil estar atento a un pase tan eléctrico. El equipo lucense aguantó el tipo y, apoyado en la envergadura de Housey, fue cosechando tantos. Romay que está muy suelto en el ataque, no pudo con su marcador en la defensa, dado su temor a acumular personales. La defensa madridista dejó jugar y el partido se convirtió en un choque más igualado de lo previsto.
Finalmente, y ya en la reanudación, fue Branson quien resolvió la cuestión. El Leche Río llegó a colocarse a cuatro puntos (46.42), pero una racha reboteadora del jugador blanco provocó un moderado despegue.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.