Andrés Pérez Araya

Andrés Pérez Araya, chileno de 35 años, es el actor de lengua hispana -de los cuatro que hay en el Théâtre du Soleil- con una mayor presencia dentro del espectáculo que estos días ofrece el grupo en Madrid. Sus facciones orientales parece que no han influido a la hora de intervenir en cuatro personajes diferentes en el montaje, ya que estos papeles me escogieron a mí", comenta el actor. Hasta 1984, año en que se trasladó a París, hacía espectáculos de calle en su país, donde estudió teatro en la universidad.

Al obtener una beca para estudiar teatro en Francia Andrés Pérez Araya se informó de qué grupo era el más interesante y todas sus fuentes le remitieron al Théátre du Soleil, de Ariane Mnouchkine, a la que solicitó acudir a los ensayos. Ella le ofreció participar en el trabajo del grupo, pero no sólo como observador.Era la época en la, que el grupo preparaba La terrible historia, pero inacabada, de Norodom Sihanouk, rey de Camboya, y la especial forma de enfocar los ensayos hizo que Andrés Pérez Araya se encontrara con cuatro personajes. "En nuestro grupo no es sólo la directora o nosotros los que elegimos los personajes, sino que también los personajes te encuentran a ti y te escogen. Los papeles se distribuyen solos; toda la compañía y todos los actores tienen la posibilidad de ensayar todos los roles y se va produciendo un encuentro entre el personaje y nosotros. Es la evidencia de que ése es tu papel la que elige".

El actor chileno interpreta a lo largo de las nueve horas que dura el espectáculo al embajador de Camboya en París, al mensajero del coronel Um Savuth, al jemer rojo Khieu Samphán y al primer ministro chino Zhoii En Lai. "Supongo que estos personajes y yo nos hemos encontrado porque la causa de Camboya me conmueve profundamente y porque estoy en el Théâtre du Soleil también para trabajar".

El espectáculo se: aprueba por parte de todos. "En ese sentido yo también tuve una mínima parte de responsabilidad", comenta, y así es como empecé a identificarme con el pueblo camboyano y su lucha por la independencia, de lo que no conocía nada, ya que todo lo que contamos sucedió en una época en que los chilenos estábamos metidos en nuestro golpe de Estado y en nuestras historias". Partiendo de un compromiso teórico inicial, Pérez Araya fue teniendo contacto con camboyanos a través del teatro, del texto

"A pesar de todas la diferencias culturales y religiosas me siento casi camboyano, no por haber renunciado a lo que soy, sino por haber integrado algo más. Siento que su lucha es la que cada uno de nosotros lleva dentro".

El actor chileno declara encontrarse como si estuviera en casa, "porque hago lo que siempre había soñado". Su vida cotidiana en el Théâtre du Soleil depende de si se está en un período de ensayos, en el que trabajan todo el día. "A medida que se va acercando el estreno se alargan estas jornadas hasta el punto de querer dormir en el teatro. Toda la compañía, que no son sólo los actores, hacemos de todo en el Soleil, desde limpiar hasta colaborar en diversas funci ones. Cuando no se representa ni se ensaya, siempre hay cosas quue hacer, además de descubrir ese mundo que te aportan los compañeros de 19 nacionalidades distintas".

Andrés Pérez Araya no abandonaría nunca el Théâtre du Soleil. Sólo si se le pregunta por Chile surge la expresión de duda en su rostro: "Quizá dejaría esto, que me fascina, si sintiera que hay que volver a mi país".