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TV-3 emitirá el domingo un reportaje sobre el sadomasoquismo en Barcelona

La televisión autonómica catalana (TV-3) emitirá el próximo domingo el reportaje Sexe light, sexe fort (Sexo suave, sexo fuerte) realizado a partir de los anuncios de relax que aparecen en las páginas de los diarios. Las imágenes que aparecen son reales y han sido filmadas en directo durante sesiones de teléfono erótico y de sadomasoquismo. En el primer caso, las voces han sido modificadas para preservar la intimidad de los clientes y de las telefonistas. Las escenas de sadomasoquismo han sido filmadas en un local barcelonés; los clientes aparecen con el rostro parcialmente tapado y, en los primeros planos, las cámaras difuminan el rostro.

El reportaje ha sido realizado por un equipo del programa Trenta minuts (Treinta minutos, espacio similar a Informe semanal, de Televisión Española), dirigido por Joan Salvat. Este espacio se emite habitualmente los domingos a las 20.30, pero en esta ocasión, y debido al especial contenido del reportaje, se pasará a las 0.15. TV-3 ha preparado una serie de anuncios sobre el programa en los que se advierte a los telespectadores de que "tanto por el contenido como por las imágenes, el reportaje puede herir la sensibilidad de algunos telespectadores".El reportaje está dividido en dos partes. La primera presenta una serie de sesiones a través del teléfono erótico, que funciona en Barcelona desde hace sólo unos meses. Por medio del teléfono se establece una relación sexual sin contacto físico. Sexe light ofrece una serie de las conversaciones entre telefonista y cliente de elevado contenido erótico.

El reportaje incluye declaraciones de las telefonistas, con la cara prácticamente oculta, y del gerente de la nueva empresa, Luis V. García, que aparece a rostro descubierto y que explica que se decidió a montar el negocio después de comprobar el éxito obtenido en Francia, después de 10 años de funcionamiento, por este sistema, que él califica de "servicio social". "El servicio", explica García, "canaliza fantasías eróticas sexuales". Cada 10 minutos cuesta 2.000 pesetas, aunque "ningún cliente resiste más de tres o cuatro minutos". Los interesados, se dice en el reportaje, pueden pagar con tarjeta de crédito o adquirir cómodos bonos.

Servicios especiales

Las conversaciones, según manifestaron a este diario los responsables del programa, son reales y no fueron en modo alguno preparadas. Del reportaje se desprende que los usuarios utilizan preferentemente el teléfono erótico como colaboración a una masturbación, aunque algunos clientes piden servicios más especiales como menage à trois o que "se les pegue" por teléfono. La segunda parte del reportaje, Sexe fort, presenta sesiones de sadomasoquismo, grabadas en el local barcelonés Cuevas de Sado.Contiene declaraciones del Ama Eva, que está al frente del negocio, y de un cliente, presentado como un viudo de 61 años, aunque éste, como otros datos personales, han sido modificados. La filmación recoge imágenes del local, que imita un castillo medieval, con salas de tortura y todo el instrumental ad hoc imaginable.

Ama Eva se presenta también a rostro descubierto y se define como sádica. El negocio le ha permitido canalizar, dice, sus impulsos de agresividad y ganar dinero haciendo lo que realmente le gusta. Prefiere el sado fuerte al de humillación, asegura. La entrevista se realiza en un decorado lúgubre en el que no falta un ataúd con alguien reposando dentro -sesiones de claustrofobia o necrofilia son algunas de las especialidades de la casa-.

Las imágenes incluyen sesiones de latigazos, pinzas en los pezones, agujas en testículos y pene, cigarrillos apagados sobre la piel, un cliente haciendo de perro... imágenes reales de sado que muestran un mundo desconocido, sórdido y, brutal, pero real. "Se siente dolor", explica el cliente en la entrevista, "pero con el placer se calma". "Estoy al servicio del ama y haré todo lo que ella me pida". Y añade, a continuación, que le gusta vivir "pero hasta cierto punto" y que no le importaría dormirse un día y no despertarse.

El reportaje contiene buenas dosis de morbo, que se equilibra con una cierta frialdad y objetividad en el tratamiento, así como con declaraciones de especialistas, sexólogos y médicos.

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