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Los secuestradores le obligaban a levantarse a las cinco de la madrugada

El tenerse que levantar diariamente a las cinco de la madrugada mientras estuvo secuestrado es el único recuerdo realmente desagradable que conserva Raúl Rodríguez de los cinco días largos que permaneció retenido, tanto en la cueva donde se le rescató como en una casa de campo que ocupó anteriormente.El niño, que acepta. sin complejos el hecho de estar muy mimado por ser hijo único, cuenta su experiencia con pasmosa tranquilidad, asegurando que ha sido como pasar unos días en casa de unos amigos que le trataban muy bien y le preguntaban incesantemente cuál. era su plato favorito pera servírselo a la hora de la comida.

El secuestro, en versión de Raúl, se produjo hacia las dos de la tarde del día 17, cuando se encontraba jugando en un parque cercano a su domicilio. Unos desconocidos se acercaron a él para preguntarle por la casa de su abuelo y le pidieron que les acompañase "porque ellos no se orientaban bien". El niño fue introducido en un Seat 132 azul en el que le trasladaron a la cueva donde permaneció secuestrado a 10 largo de cinco días.

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Raúl, despeinado y sucio, pero extremadamente lúcido, no se turba al relatar que le tuvieron atado durante la mayor parte del tiempo con una cadena arrollada el pie: derecho ni comprende por qué tiene que asustarse a partir de ahora de los desconocidos con los que se cruce por la calle.

Proclama con orgullo que es del Barça y acepta, mientras se revuelve inquieto y nervioso en la silla, mesándose el flequillo, que sus padres tienen que regañarle más de una vez por sus travesuras.

De hecho, las vecinas de la. barriada donde reside el pequeño le conocen como el terror de las Ramblas por su audacia en el manejo del monopatín, que ha puesto los pelos de punta en más de una ocasión a los transeúntes.

Los padres de Raúl y su abuelo, un ex guardia civil propietario de varias gasolineras, se mostraban ayer emocionados y con el habla quebrada, dando gracias a D¡os por tenerle de nuevo en casa. El padre del niño, Raúl Rodríguez, manifestó: "Yo perdonaría a los secuestradores, pero no quisiera que esto volviera a ocurrir. Sólo tenemos agradecimiento para todos los que nos han ayudado".

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