Miguel Boyer fue quien propuso a los presidentes de los grandes bancos no anunciar beneficios superiores al 20%
Miguel Boyer, presidente del Banco Exterior de España, con mayoría de capital público, propuso al resto de responsables de los siete grandes bancos adoptar la decisión de no anunciar unos incrementos de resultados superiores al 20% sobre los obtenidos en el primer semestre del año anterior. La explicación, matizada por el propio Boyer, se fundamentaba en que no se podían hacer alardes de importantes beneficios cuando al tiempo se trata de lograr reducciones significativas de los coeficientes que tienen que cubrir los bancos y cajas de ahorro.
Miguel Boyer, por su parte, afirma que "fue una conversación en la que participaron todos los presentes" y que, sobre todo, fue una decisión tomada tras algunas advertencias del Banco de España. La autoridad monetaria, a su vez, niega toda participación en las decisiones tomadas al principio del verano por los presidentes de los grandes bancos.Los presidentes de los grandes bancos nacionales -Central, Banesto, Bilbao, Hispano, Vizcaya, Santander, Popular y Exterior- acordaron no anunciar unos incrementos de resultados del primer semestre superiores al 20% de los obtenidos en el mismo período del año "porque no parecía bueno hacer ostentación de resultados con un Gobierno socialista", como señalaban algunas fuentes de estos bancos hace algunas semanas. La decisión, que se enfrenta totalmente a la idea de libertad de mercado y vuelve a poner sobre el tapete la existencia de un "oligopolio bancario" del que desde hace años se trataba de huir, es explicada de forma diferente por cada uno de los protagonistas de la misma.
Según unos fue Miguel Boyer, presidente del Banco Exterior, con mayoría de capital público, quien propuso tomar dicha medida. Quienes así lo afirman señalan como posibles causas la necesidad de no aflorar demasiados resultados positivos, ante posibles acciones contrarias por parte de la Administración, y el hecho de que el Banco Exterior ha generado unos recursos sensiblemente iguales a los del primer semestre de 1985.
El presidente del Banco Exterior mantiene una tesis completamente diferente. Para Miguel Boyer cada presidente de banco trata de contar lo que ocurre en esas reuniones según le conviene y las otras explicaciones no se corresponden con la realidad. La versión de Boyer señala que todos los presidentes de los grandes bancos recibieron un aviso del Banco de España, a través de Rafael Termes, presidente de la patronal, de que las provisiones que se venían haciendo para los fondos de pensiones y para cubrir el riesgo-país eran escasas.
Esta argumentación hizo que los presidentes de los grandes bancos iniciaran una discusión sobre lo que convenía hacer, y "teniendo en cuenta que cada banco es diferente" y que las necesidades de provisiones de cada uno difieren, "acordaron establecer un máximo en la última partida de la cuenta de resultados, los beneficios antes de impuestos", dejando que cada uno distribuyera el resto de los recursos generados como quisieran.
Provisiones escasas
Según esto, el nivel de provisiones para hacer frente a los riesgos contraídos con países en dificultades de pago de su deuda exterior apenas alcanzan el 12% del total de los préstamos. Los bancos españoles tienen un riesgo con los países latinoamericanos, a los que hay que sumar Nigeria, Yugoslavia, Costa de Marfil, Marruecos y, Filipinas, sin asegurar de 4.717 millones de dólares, a los que hay que añadir unos 1.000 millones de dólares adicionales de deuda asegurada.Las provisiones realizadas, hasta ahora suponen el 12% de esa cifra, algo más de 560 millones de dólares. En los mercados internacionales de compra de participaciones en préstamos con estos países el descuento que se aplica a las operaciones, es decir, la pérdida que se acepta asumir por parte del vendedor, está en estos momentos entre el 30%, y el 40%.
Con estas cifras, se señala, la advertencia del Banco de España de que se estaban inflando resultados que deberían destinarse a provisiones caló hondo entre los presidentes de los grandes bancos. La autoridad monetaria acababa de sacar una circular endureciendo las provisiones mínimas que cada banco debe hacer para cumplir el riesgo-país, dejando en principio que cada banco clasifique como quiera a los distintos países. Este endurecimiento, debido a la creencia de que al final los países deudores no pagarán, marcaba una pauta de comportamiento que debería traducirse en clasificaciones más estrictas de los países.
El presidente del Banco Exterior señalaba que a este endurecimiento general se unió, en palabras de Termes, la advertencia del Banco de España anunciado que se reducirían los ingresos de los bancos al rebajar la remuneración de los depósitos remunerados que bancos y cajas tienen que colocar en el Banco de España.
Beneficios reales
El razonamiento de Miguel Boyer se cierra con la afirmación de que en realidad "no se están ocultando beneficios" sino que, por el contrario, lo que pretendía era que los resultados que aparecieran fueran los reales y no unos inflados de forma artificial, ante las mayores necesidades de provisiones por parte de los bancos.No obstante estas afirmaciones, un alto cargo del Banco de España negaba verosimilitud a esas afirmaciones. Para esta fuente, el banco emisor se limitó, bastante tiempo antes, a poner en marcha la nueva circular sobre riesgo-país y no "mandó nuevos mensajes" a los presidentes de los grandes bancos ni directamente ni a través de Rafael Termes. La baja en la remuneración del coeficiente de caja se tomó como consecuencia de la baja de los tipos de interés en la subasta de pagarés del Tesoro y para igualar el coste de financiación del déficit por las dos vías. En el Banco de España se señalaba, muy recientemente, que las cifras de resultados del primer semestre "no reflejaban exactamente" lo que ha ocurrido a lo largo de este período y que "habrá sorpresas cuando, a finales de año, se anuncien de verdad los resultados obtenidos en el conjunto del ejercicio".
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