Camiseta prestada.
José Luis González corrió ayer los 1.500 metros con una camiseta prestada. La suya, la nueva del equipo, se la dejó olvidada en casa. Sólo se llevó a Stuttgart una antigua, toda roja, sin la raya amarilla horizontal. Carlos Gil, el director técnico, sabedor ya de los frecuentes olvidos de los atletas, le dejó una de las tres que metió en su equipaje en previsión de que alguien sufriera un despiste.
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