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El Ayuntamiento de Marbella, decidido a controlar los negocios locales

El impuesto de radicación, cuya aplicación en Marbella (Málaga) ha sido aprobada en Consejo de Ministros, es la gran arma que prepara el Ayuntamiento para controlar el impresionante volumen de negocios de una ciudad que espera una inversión de un billón de pesetas en los próximos ocho años. Este gravamen, que se mide en metros cuadrados, recaudará más de 100 millones de pesetas, entre actividades que hasta ahora escapaban a la hacienda municipal.El boom de Marbella como destino preferente del turismo de calidad y alto poder adquisitivo, engendró una imparable máquina de negocios y especulación. Bancos, inmobiliarias, abogados, médicos, gestores y una legión de negocios relacionados con la hostelería, percibieron rápidamente el filón de una de las zonas españolas que en menos tiempo y con menos riesgo, ha generado más dinero. Los resultados de esta especulación se miden en cifras astronómicas: -un metro cuadrado de céntrico local comercial se paga más caro que en la Quinta Avenida de Nueva York y un dúplex alcanza con facilidad los 30 millones de pesetas, aunque apartamentos de ensueño en Puerto Banús pueden costar 100 millones de pesetas.

En Marbella las inversiones coleccionan ceros sin budor: un nuevo hotel de lujo costará 2.000 millones de pesetas, la ampliación de Puerto Banús llega a los 3.500, y el más modesto puerto deportivo de Puente Romano se queda en los 1.000 millones. La factura de tan disparatada especulación la abona el ciudadano de a pie, que se encuentra con que no hay terrenos para construir viviendas de protección oficial.

Pero la paradoja es más rocambolesca, porque esas empresas y personas que se reparten la gran tarta no aportan nada a las arcas municipales por operar en un lugar tan privilegiado como rentable. Más de 100 abogados cobran minutas elevadísimas y no existe bufete importante que no se precie -y beneficie- de tener una ofici na en Marbella. Otro tanto ocurre con arquitectos, diseñadores, de coradores, gestores o grupos inmobiliarios, que consiguen beneficios millonarios por el simple he cho de trabajar en la zona.

Numerosos bancos

Es el caso de los 10 hoteles de cinco estrellas y gran lujo, que cobran por una habitación doble entre 25.000 y 70.000 pesetas y obtienen beneficios de hasta 100.000 por cliente y día, o de los bancos establecidos al abrigo de la riqueza. Una ciudad de 80.000 halbitantes acoge a 31 entidades bancarias, amplio abanico donde no faltan las de capital árabe, libio, británico o estadounidense.

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Hasta ahora estos grandes beneficiados tributaban como cualquier comerciante: o pequeño empresario. Ahora se pone en marcha el impuesto que se paga en función de la actividad y del emplazamiento del negocio.

Cualquier establecimiento radicado en la ciudad tendrá que contribuir sin posibilidad de camuflaje. Los responsables municipales afinan con la futura ordenanza para que la nueva carga impositiva no recaiga en los pequeños comerciantes, sino que efectivamente destape la economía sumergida local.

Mientras un tendero de barriada pagará 1.500 pesetas anuales por su local, un banco en pleno centro cotizará un millón de pesetas y un hotel de lujo situado en lo más céntrico de la zona sobre los 10 millones de pesetas. La colectividad empezará a beneficiarse de esa riqueza que la marca Marbella genera.

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