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Matt Biondi

El plusmarquista mundial de 100 metros libres desafía las teorías del progreso humano

Santiago Segurola

Matt Biondi, el nadador que ha revolucionado la prueba de los 100 metros libres, defenderá en Madrid el prestigio de la natación masculina de Estados Unidos, minado por la retirada de la vieja guardia (Lundquist, Gaines y Beardsley), la baja forma de Rick Carey y la ausencia de fondistas de garantía. En un año ha batido tres veces la plusmarca mundial en la distancia reina, ha sido el primer hombre en bajar de los 49 segundos y ahora amenaza con atacar el imperio de Michael Gross en los 200 libres. La velocidad es patrimonio de Speedy Biondi.

Como mandan los folletones de Lorimar o Spelling Productions, Matt Biondi fue una vez un chico débil y flaco, demasiado escuálido para competir. Nort Thornton, su entrenador en la universidad de California, no auguró nada bueno cuando le observó por primera vez: "Demasiado flaco, Matt". Entonces Biondi tenía 11 años. A los 15 medía 1,86 y pesaba 65 kilos. Nada presagiaba que cinco años después Biondi representaría el retorno al velocista gigantesco, al nadador que construye sus victorias sobre el músculo, la envergadura y la potencia. Ahora -las productoras Lorirnar o Spelling ya tienen un final feliz- Biondi es un atleta de 1,98 de altura, 90 kilos, un 50 de pie y unas manos de palmípedo enorme.Biondi es un nadador de formación tardía. Al contrario que su compatriota Pablo Morales, que había acabado con los viejos récords escolares de Mark Spitz, no mereció excesiva atención para los grandes entrenadores californianos. Sin. embargo, el pesimista Nort Tlornton -"demasiado flaco, Matt"- cambió su opinión en 1983, cuando Biondi tenía 17 años y formaba con el equipo del instituto de Campolindo, en Moraga. Lo que vio Thornton fue un velocista puro y un competidor feroz.

Las primeras noticias de las proezas de Biondi saltaron un año después. En las pruebas de selección para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, el desconocido de Moraga logró una marca excelente -50.20 (sexto mejor registro mundial del año)- y se hizo con un puesto en el equipo estadounidense de 400 por 100 metros libres. Junto a Mike Heath, Chris Cavanaugh y Rowdy Gaines, Biondi batió en Los Angeles el récord mundial de la especialidad.

La coronación de Biondi como monarca absoluto de las pruebas de velocidad se produjo el pasado año. Durante los Campeonatos de Invierno de Estados Unidos pulverizó cuatro récords nacionales y anunció que algún día bajaría de los 49 segundos en los 100 metros. Cumplió su palabra durante el verano: Speedy Biondi trituró la plusmarca mundial de su admirado Rowdy Gaines con un registro de 48.95. Dos días más tarde se atrevió con los 200 metros libres, uno de los feudos intocables de Michael Gross. Biondi no había competido ni .10 veces en esa distancia. Salió como un torpedo -25.01 en los primeros 50 metros- y cruzó los 100 por debajo del récord del mundo. Luego pagó su desconocimiento de los secretos de la prueba, aunque estableció un nuevo récord de Estados Unidos: 1.47.89, mejor marca planetaria del año.

La traca Biondi se encendió a finales de temporada. En el transcurso de los Juegos Panamericanos contribuyó de forma decisiva a que los relevistas estadounidenses de 400 por 100 libres y estilos batieran las plusmarcas mundiales. Biondi nadó el último relevo de estilos en un tiempo de 47.40. Recientemente recortó su marca en los 100 liDres nasta 48.74, un segundo y 51 centésimas menos que Gross, segundo en la clasificación mundial del año. Biondi ha rebajado 60 centésimas el récord de Gaines. Lo ha hecho en un año. Desde 1976, cuando Jim Montgomery bajó por vez primera de los 50 segundos, hasta 1985, la plusmarca mundial sólo se había disminuido en 63 centésimas.

La relativa inexperiencia de Biondi y cierta heterodoxia -el invierno lo dedica a jugar la Liga universitaria de waterpolo- le permiten ser osado. Biondi es capaz de arrasar en los 100 metros, despreciar sus fuerzas en 200, atacar la supremacía de Gross y Morales en mariposa -acaba de lograr un espectacular tiempo de 53.28 en 100 metros mariposa- y pensar que algún día se dedicará al 1.500. Será después de Seúl, después de que intente colgarse siete medallas de oro.

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