Niños de 11 años boxean en la escuela montada por la federación en Almería
Son casi más pequeños que los guantes. Son niños que se miran de reojo en los espejos del gimnasio, se enfundan unos guantes negros, esconden la sonrisa bajo el protector y oyen una voz que repite incesantemente la misma frase: "El boxeo ayuda a superar las adversidades de la vida". En Almería, la federación de este polémico deporte ha abierto la primera escuela nacional para niños.
"El boxeo no es un deporte violento, sino que sirve para encauzar la agresividad que todos llevamos dentro", afirma Fernando Serra, director de la escuela Pero sus palabras contrastan vivamente con las del pequeño Nicolás, uno de sus alumnos: "Lo fuerte mío es pegar duro en un cuerpo a cuerpo y pegar bajo, en todos los hígados y en todo eso" Nicolás es un estudiante de sexto curso de EGB que quiere ser como su hermano Juan Francisco, antiguo campeón de boxeo, y como su padre, que también fue boxeador."Cuando yo era chiquitillo", recuerda con orgullo Nicolás, que ahora tiene 11 años, "mi padre se ponía de rodillas con una manta y yo me liaba a pegarle puñetazos". Juan Francisco, el hermano mayor de Nicolás, destacó como aficionado y fue campeon europeo en el campo profesional. Desde hace varios años, vive de su modesto sueldo de policía municipal.
Son 80 los niños en edades comprendidas entre los 11 y 15 años que se entrenan a las órdenes de Serra, de 58 años, casado y padre de dos hijos, ninguno de los cuales ha querido ligarse a este deporte. Serra trabajaba hasta ahora como contable de una empresa centenaria de ferretería, en Almería, que ha cerrado sus puertas. Fue candidato por Reforma Social Española, el partido del ex procurador Manuel Cantarero del Castillo, en las primeras elecciones tras la reimplantación de la dernocracia.
Ricardo Fernández García, de 13 años, un gitano del gueto de Los Almendros, dice que ha ido al gimnasio sólo para tener aprendida cuando sea mayor una técnica de defensa. En cambio, Joaquín Morgado Cañete es un madrileño de 12 años que por traslado de su padre, ingeniero, reside en Almería y quiere ser campeón. Pero el ídolo en el gimnasio por su singular técnica es Adami Galindo Cobos, un niño bajito, moreno, de 14 años, que estudia octavo de EGB y habla en plan campeón: "Quiero ser figura de campeones". A los dos últimos Serra los utilizapara combatir en torneos de exhibición por las fiestas de los pueblos.
En agosto, todos los alumnos concluirán su periodo inicial de formación. "Yo les digo a los padres que vengan a ver los métodos de entrenamiento", sentencia a modo de conclusión Fernando Serra, quien declara que muchos lo han hecho y han podido comprobar que "en el boxeo se contribuye a tener una mente sana en un cuerpo sano", al tiempo que se enorgullece de que si no fuera por él no habría el importante número de fichas de jóvenes que existe. "A mí el boxeo me ha ayudado a superar adversidades de la vida y es una de las lecciones que aquí damos a la sociedad de consumo, de discotecas y comilonas".
Almería, pese a tener una vieja tradición boxística que se traduce en una larga lista de antiguos campeones de boxeo -que hoy malviven de los más diversos oficios y repiten monótonamente sus viejas narraciones en los bares-, no cuenta ya con gimnasio de profesionales. Serra reclama una ayuda del Ayuntamiento de Almería y un conocimiento mayor de estos jóvenes deportistas por parte de la sociedad. La federación española piensa abrir escuelas similares en Madrid y otras cuatro ciudades españolas.
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