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El sector oficial del PNV suaviza posiciones ante los críticos

VICTORINO R. DE AZÚA La crisis del Partido Nacionalista Vasco PNV) experimentó ayer un giro inesperado al aceptar el sector oficial el mero acatamiento verbal de los delegados críticos, en su mayoría apoderados de Guipúzcoa, a la legitimidad y representatividad de la Asamblea Nacional, que se reunió en Artea (Vizcaya). En contra de lo que se había insinuado el pasado sábado por parte de los portavoces oficiales, no les fue exigida a los delegados críticos la ratificación expresa mediante su voto de la resolución aprobada por mayoría (46 votos favorables frente a 17 contrarios y dos abstenciones).

La asamblea regional de Guipúzcoa había respaldado el viernes por la noche con amplía mayoría la actitud en la primera parte de la Asamblea Nacional de sus 15 apoderados, que votaron contra la resolución mayoritaria y ofrecieron un texto alternativo que reconocía la legitimidad reglamentaria del máximo órgano del partido y eliminaba tanto las críticas a quienes cuestionan su representatividad como la advertencia de autoexclusión de quienes no apoyaran la opinión mayoritaria.El texto alternativo ni siquiera fue sometido ayer a votación, al considerarse que el sábado pasado había quedado aprobada la otra propuesta por mayoría, cuestión esta que los delegados críticos nunca pusieron en duda. El portavoz de la delegación de Álava, Emilio Guevara, preguntó a los apoderados de Guipúzcoa, nada más comenzar la sesión, pasadas las once de la mañana, "si reconocen sin ningún tipo de duda ni ambage la legitimidad plena de la Asamblea Nacional". Los interrogados, tras pedir una interrupción de un cuarto de hora, contestaron afirmativamente. Según Xabier Aguirre, portavoz del Consejo Nacional del PNV, los críticos "han aceptado el núcleo fundamental de la resolución aprobada por la asamblea el sábado pasado".

Fuentes del sector crítico recordaron, no obstante, que la delegación guipuzcoana nunca había llegado acatamiento a la resolución mayoritariamente aprobada ni había considerado condición excluyente para su permanencia en el partido el reconocimiento a su texto alternativo.

El hecho de que el sector oficial haya dado la cuestión por zanjada con un simple acatamiento verbal de los delegados críticos parece deberse a que la advertencia de autoexclusión de los disidentes no ha conseguido debilitar de modo significativo el respaldo a las tesis de la oposición interna entre las bases y las juntas municipales de Guipúzcoa, como demostraron los resultados de la asamblea regional del viernes por la noche. También es posible que haya influido la manifestación pública a los críticos en Vizcaya, al haber firmado 1.020 militantes de esta provincia (10 afiliados de 102 juntas municipales sobre un total de 112) el documento de Carlos Garaikoetxea y otras personalidades del partido titulado Aún es tiempo, en el que se cuestiona la representatividad de los órganos de dirección y se insinúa que están trucados por la exclusión de la mayoría de la organización de Navarra y el sistema de representación de Álava.

En todo caso, los delegados de Guipúzcoa han anunciado que plantearán ante el tribunal disciplinario la validez estatutaria de la última frase de la resolución aprobada mayoritariamente, donde se contiene la advertencia de autoexclusión de los disidentes.

A la sesión de ayer no asistió el ex lendakari Carlos Garaikoetxea, que abandonó la asamblea el sábado pasado argumentando que se le había impedido intervenir. La mesa presidencial, una vez solventada la cuestión previa sobre la legitimidad de la asamblea, concedió ayer la palabra a Garaikoetxea, en ausencia del interesado.

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Poco antes de interrumpir la sesión para la comida, los delegados nacionalistas abordaron el estudio de las conclusiones de la llamada Comisión de los Doce, formada hace varios meses para proponer soluciones a la crisis del partido. En el debate, el presidente del Consejo Nacional del PNV, Xabier Arzalluz, propuso proceder en breve plazo a una revisión de los criterios políticos y organizativos fijados en 1977 durante la Asamblea Nacional celebrada en Pamplona, que representó la adaptación del partido al inicio de la transición democrática.

Oferta navarra a críticos

A media tarde, una representación de la organización oficial del PNV en Navarra anunció que la Ejecutiva nacional está dispuesta a aceptar la readmisión de la mayor parte de los afiliados excluidos desde hace más de dos años bajo acusación de indisciplina. Rosa Miren Pagola, primera candidata al Congreso por Navarra en las pasadas elecciones, y Carlos Clavería, presidente de la Ejecutiva del PNV en la provincia, pidieron a las juntas municipales excluidas que presenten una relación de los afiliados que desean reingresar en el partido, informa, Íñigo Gurrutxaga.

Preguntados si la exigencia de .una relación implica que algunos serán rechazados, los portavoces indicaron que no hay lista negra, pero que no serán admitidos los que hayan dañado gravemente la imagen del partido, en lo que parece una alusión los que durante la campaña electoral pidieron en un folleto que no se votara al PNV.

Expulsado el presidente de la junta de Vitoria

El tribunal disciplinario del PNV decidió el pasado día 15 expulsar del partido a Manuel Ibarrondo, presidente de la junta municipal de Vitoria, acusado de desacato a una sanción anterior, según informó ayer el portavoz del Consejo Nacional, Xabier Aguirre. La decisión se produjo apenas 24 horas después de que la asamblea general de la junta, la más numerosa de Álava, aprobara la baja en el partido del propio Aguirre por incumplimiento de los deberes de afiliado en la organización local a la que pertenece.Ibarrondo anunció ayer que la asamblea, local volverá reunirse el martes próximo y considerará, entre otros asuntos, si acata la expulsión de su presidente. La asamblea tomará, añadió, resoluciones "definitivas a todos los efectos". El sancionado manifestó sentir "pena y tristeza por la forma irregular en que se ha tomado la decisión del tribunal, sin que existiera denuncia previa, sin que se haya incoado expediente sin posibilidad de defensa".

Ibarrondo había sido sancionado en junio con inhabilitación para ocupar cargos internos durante un año por unas declaraciones que realizó a finales de 1985, en las que afirmaba que la crisis del PNV no había finalizado. El 14 de julio, la mayoría de los asistentes a la asamblea de la junta de Vitoria le eligió para que presidiera la sesión, pese a encontrarse sancionado. La asamblea aprobó también dar de baja en el partido al presidente de la ejecutiva de Álava y portavoz del Consejo Nacional, Xabier Aguirre y a uno de los miembros del tribunal disciplinario.

En opinión de la junta de Vitoria, la baja de Aguirre le imposibilita para seguir ejerciendo sus funciones en órganos directivos.

Pese a ello, Aguirre ocupó ayer un lugar en la mesa presidencial de la asamblea, actuó como portavoz del Consejo Nacional, e informó a los periodistas del desarrollo de la sesión y de la expulsión de Ibarrondo.

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