La Copa de Europa será reformada para la temporada 1987-88
Boris Stankovitz, secretario general de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA), seguirá promoviendo la entrada de jugadores profesionales en las principales competiciones organizadas por dicha entidad, "por una cuestión principal, como es la de poder dar acogida a los mejores del mundo". Stankovitz reconoció que la no aprobación en el Congreso Mundial celebrado hace una semana de la autorización a los profesionales había sido un revés. "Lo acepto", dijo, "si bien debemos esperar a las decisiones del Comité Olímpico Internacional sobre la actuación de profesionales en los Juegos Olímpicos". Stankovitz también anunció la reforma de la Copa de Europa para la temporada 1987-1988.La intención de varios clubes europeos de llegar a constituir una Liga europea que les permita unos mayores ingresos económicos será combatida por la FIBA con una pequeña reforma de la Copa de Europa. Así, se estudiará para la temporada 1987-1988 ampliar la fase final de seis a ocho equipos y organizar una fase de semifinales y final en una misma sede. La FIBA incrementaría las ganancias de los mejores clubes europeos, pero también se aseguraría un porcentaje sobre las mismas.
Stankovitz es conocedor de que algunas entidades están promocionando la creación de una Liga europea a espaldas de las federaciones. "Desde luego", afirmó, pueden hacerlo, pero estarían al margen de la FIBA y crearían conflictos importantes en sus federaciones". Este proyecto nació como una propuesta del club italiano Simac de Milán, que ha llegado a entablar unas primeras conversaciones con otras entidades destacadas del baloncesto europeo, caso de Real Madrid y Barcelona. El Simac, que ha tenido conflictos con la Asociación de Clubes italiana, conocida como Lega, proponía una Liga europea de grandes clubes, los cuales llegarían incluso a abandonar la disputa de sus competiciones nacionales respectivas.
Stankovitz, por otra parte, asegura que la no realización de un control antidroga en el Mundial español se debe a la negativa del comité organizador, que justificó su postura por las dificultades que ello entrañaría al celebrarse el torneo en varias sedes. Sin embargo, miembros de dicho comité han manifestado lo contrario, que fue la FIBA la que se negó.
En cuanto a un mundial de 24 selecciones, el secretario general de la FIBA alabó la organización española, pero definió este tipo de campeonato como "un experimento". La FIBA acordó designar a Argentina como sede de la edición de 1990, pero con 16 selecciones participantes. Se presentaron cuatro candidaturas, de las cuales la favorita, en un primer momento, era la de Canadá.
Técnicos y jugadores han criticado ya el sistema de competición de este mundial, por el exceso de selecciones y la escasa calidad de muchas de ellas, lo que ha alargado el calendario innecesariamente, según ellos, con partidos de poca importancia. La iniciativa se debe a la Federación Española de Baloncesto, que fue quien hizo la propuesta de llevar 24 selecciones y se reservó la posibilidad de invitar a dos. A pesar de esta ampliación, la FIBA tuvo que acelerar sus gestiones para lograr que acudieran determinados equipos. Se supo entonces de los problemas para acudir de Malaisia, la peor selección para acudir, pero, últimamente, se ha sabido que la federación panameña estuvo a punto de renunciar.
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