La deuda de Ignacio Coca con el Banco Español de Crédito ascendía a 20.000 millones de pesetas
El Banco Español de Crédito (Banesto) reconoció ayer que la deuda, en forma de avales, contraída por el financiero Ignacio Coca con la entidad ascendía a cerca de 20.000 millones de pesetas como resultado de la sobrevaloración noticia de los activos del Banco Coca en la operación de fusión con el Banesto. Ignacio Coca apareció el pasado jueves muerto en su domicilio madrileño, supuestamente de un disparo de pistola en la sien, circunstancia que ha motivado la apertura de diligencias previas por un juzgado. La familia mantiene que la muerte se produjo a causa de una caída producida en el cuarto de baño.
El financiero, a quien se le ha practicado- la autopsia, fue enterrado el sábado, día 28, en una cripta de la parroquia madrileña de San Ginés. Ayer tuvo lugar en la misma iglesia un funeral por el banquero, fallecido, al que asistieron unas 300 personas pertenecientes al mundo de las finanzas y la aristocracia, además de familiares y amigos. Distintas fuentes consultadas por este periódico dan por segura la existencia de una carta injuscrita, que el financiero habría dirigido al juez antes de tomar la fatal determinación de acabar con su vida. La carta está dividida en dos partes, una primera relativa a la operación de fusión Banesto-Coca., y las acusaciones contra él formuladas en su día ante los tribunales por la revaloriz ación de activos y la evasión de capitales al exterior, y una segunda relacionada con la vieja querella que mantenía, también ante los tribunales, con sus herrnanos a propósito de la fortuna familiar.Fuentes próximas al entorno familiar han sugerido que ha sido la "tremenda presión" ejercida por Banesto en fechas recientes sobre el financiero fallecido la que habría llevado a éste a acabar con su vida. (Como es sabido, Banesto, con nueva gerencia, está poniendo en práctica una política de sanearalento de su cartera, afectada por errores de gestión que fueron reconocidos en la pasada junta general de la entidad. Según fuentes próximas a la familia, Ignacio Coca habría ofrecido a Banesto hace tiempo todas sus propiedades como fórmula de pago, dejando la valoración de esas propiedades al arbitrio de un peritaje independiente, fórmula que no habría sido aceptada. El paso del tiempo y la acumulación de los intereses correspondientes habrían convertido esa deuda en impagable.
El Banesto desmiente
Esta versión es desmentida con rotundidad por Banesto. En una nota facilitada ayer, el banco señala que "ha mantenido desde la absorción del Banco Coca unas exquisitas relaciones con Ignacio Coca, al que se le ha tratado con guante blanco. El pago de los créditos se renegoció en condiciones favorables para el señor Coca, a tipos de interés 10 puntos por debajo de los de mercado y a plazos muy largos, concretamente, pasado el año 2000".
Los problemas de Ignacio Coca empezaron donde él pensó que terminaban: con la absorción por Banesto, en 1978, del banco fundado por su padre en Salamanca en 1934. La aparición del primer banco privado del país vino a suponer la tabla de salvación de una entidad de tipo familiar que estaba comprometida en fuertes inversiones de escasa rentabilidad en el sector inmobiliario. La operación se zanjó en un tiempo récord, lo que en medios financieros se interpreta cuando menos como una culpa compartida de los entonces rectores de Banesto, obcecados en la lucha con su gran rival, el Central, que acababa de absorber al Ibérico.
Tras la operación de fusión se descubrió la situación real. Fuentes del Banesto han señalado que Ignacio Coca se había dado a sí mismo y a sociedades de su grupo créditos importantes de difícil o imposible recuperación, para contrarrestar lo cual llevó a cabo, antes de formalizada la operación, una artificial revalorización de su patrimonio rnediantes ventas ficticias que volvían al activo del banco con su valor multiplicado por 10.
"Tras descubrirse el engaño, se- le obligó a avalar con sus bienes y propiedades, incluida lapignoración de las acciones de Banesto que le habían correspondido como consecuencia del canje -Ignacio Coca pasa por ser el más importante accionista individual del Español de Crédito-, una parte importante, por valor cercano a los 20.000 millones de pesetas, de los créditos del Coca que se traspasaron a Banesto, y lo hizo con un patrimonio muy superior a esa cifra".
Algunas de las fuentes consultadas señalan que, sin embargo, el contencioso que más afectó axtimicamente a Ignacio Coca era el mantenido con sus hermanos a propósito del reparto de la fortuna familiar. La acción ejecutiva de Banesto precipitó que sus hermanos trataran de ejecutar sus derechos, especialmente el reparto de las acciones del Coca, anteriores al asunto Banesto.
Las propiedades más importantes de Ignacio Coca se refleren a la finca La Cepilla, ex propiedad de Eduardo Aznar, situa(la cerca del pantano de San Juan, y la sociedad Los Monteros, SA, propietaria del hotel del mismo nombre, en Marbella, y de la urbanización Los Monteros, dentro de la cual está enclavada la clínica Incosol, en la que Ignacio Coca tuvo como socio a Cristobal Martínez Bordiú.
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