Elecciones del 22 de junio

¿Cuál sería el caliricativo idóneo para definir el voto que dio la mayoría absoluta al PSOE en estas últimas elecciones?Lo curioso es que, tras casi cuatro años de mandato por parte de un Gobierno nacido del entusiasmo popular, aquellos 10 millones de votantes han podido comprobar que el cambio a que aspiraban resultó ser, como mínimo, insatisfactorio.

¿Qué fenómeno sociológico ha sucedido para que otra vez tengamos en el Parlamento un PSOE con mayoría aplastante, pese a sus 18 escaños menos? Ciertamente no lo sé, pero muchos de los que han optado nuevamente por la opción PSOE se sienten ahora en cierto modo insatisfechos con los resultados, al haber contribuido a proporcionarle un excesivo número de escaños que ni lo consideran conveniente ni mucho menos merecido.

Opino que el fenómeno ha venido condicionado principalmente por el adelanto de las elecciones, lo que ha evitado la preparación de los nuevos partidos o coaliciones aparecidos, que con suficiente coherencia y organización hubiesen sido capaces de transmitir -para llevar a la práctica- una alternativa real de progreso conectada con las capas más populares de nuestra sociedad. Pero, en mi modesta opinión, ha habido otro factor, cual es, sin lugar a dudas, el miedo. Miedo, una vez más, a que, si no se votaba PSOE, éste no llegase a alcanzar ni siquiera la mayoría simple, con lo que se evidenciaba el poner al Congreso en manos de una oposición conservadora encabezada por Fraga con todo lo reaccionario de su trayectoria política. Son las consecuencias del bipartidismo. La jugada de adelantar las elecciones salió perfecta, y una vez más se confirma la tesis -lanzada desde el propio Gobierno- de que si no existiese Fraga habría que inventarlo.

Llámese voto de la ínsatisfacción, del desencanto o del miedo, lo cierto es que una gran cantidad de los votos obtenidos por el PSOE en estas elecciones ni le han sido dados con satisfacción y convencimiento. Han sido, por el contrario, producto de un cierto juego, cuando menos poco honesto, cuya lección espero sepamos aprovechar los electores.-