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GENTE

Francesco Pazienza,

el hombre de los mil secretos, entregado a Italia por Estados Unidos para responder por los delitos relacionados con la quiebra del Banco Ambrosiano de Roberto Calvi, se cocina sus propios espaguetis en la cárcel de máxima seguridad de Turín. La prisión italiana, según declaró el hombre de negocios a su abogado, le parece "un gran hotel" en relación con el Metropolitan Correctional Center de Nueva York, en donde se encontraba recluido hasta su extradición a Italia. Las aficiones culinarias de Pazienza comenzaron el 19 de junio, cuando ingresó en la cárcel nueva de Turín. Pazienza declaró: "No querría permanecer mucho tiempo aquí, porque tengo miedo de que me envenenen", en clara referencia a la muerte por envenenamiento con cianuro potásico en el café de Michele Sindona, ocurrida en la cárcel el pasado 22 de marzo.

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