Joel Bats
El portero francés, poeta aficionado, superó un cáncer hace cinco años
ENVIADO ESPECIAL Joel Bats se ha convertido en el protagonista del equipo francés en los últimos partidos. Contra Brasil consiguió una hazaña histórica: detuvo un penalti al Pelé blanco, Zico, en la segunda parte, y paró el primero en la tanda decisiva a Sócrates, el hombre que marca los penaltis hasta con el tacón. Bats, según lo cuenta, se limitó a hacer lo que debía: "Intentar detener alguno". Lo que pocos saben es que Bats luchó contra un cáncer hace cinco años, y que es un poeta aficionado.
Joel Bats, que nació en Mont-deMarsan hace 29 años, está divorciado y tiene un hijo. Los que le conocen bien aseguran que, tras su divorcio, le sobrevino una fuerte crisis, de la que, según propia confesión, salió reforzado. Fue en esa época cuando se le ocurrió escribir poemas, una selección de los cuales ha recitado en un disco que se tituló Solitude (Soledad). De carácter muy reservado, romántico y muy sensible, Bats tiene un verdadero amigo en su compañero de equipo y selección Dominique Rocheteau, con el que siempre comparte la habitación en las concentraciones. Curiosamente, ambos tienen un físico similar -cuerpo de atleta, cabello ondulado y largo...- y un carácter parecido, pues ambos son considerados seres marginados en este mundo del fútbol, en el que desearían cambiar muchas cosas, pero del que sobreviven con la mayor dignidad posible. "Me es muy difícil no pensar y recapacitar sobre la vida", explica Bats, que en momentos determinados parece no estar inmerso en el partido, sino creando un nuevo poema; esa idiosincrasia es la que le hace declarar cosas como ésta: "No podría soportar que un error mío significara la eliminación del equipo. Para mí, en ese momento se acabaría el mundo".En su cuerpo de portero (1,80 metros y 77 kilos de peso), Bats esconde una pequeña tragedia personal. Hace cinco años, se sintió repentinamente enfermo. Después de multitud de análisis y radiografías, los médicos le comunicaron que tenía un tumor, posiblemente maligno, en uno de los testículos.
La palabra cáncer, que tanto horroriza al mundo, acudió a la mente de Bats. Fueron los cinco peores meses de su vida. Consciente de que podía morir en cualquier momento, el portero francés encontró en la poesía una forma de reflexionar en torno a su futuro, sobre el que los médicos no eran excesivamente optimistas. "Me pasaba las horas reflexionando en torno a la vida, al sentido que tenía en aquellas circunstancias. Francamente, lo pasé muy mal, pero sobreviví". Una operación y la extirpación del tumor hizo renacer a Bats. "Tenía cáncer", cuenta con dureza el doctor de la selección francesa, Maurice Vrillac, "y tuvo que soportar una operación muy dura".
Una nueva vida
A partir de aquel momento, Bats sintió que empezaba una nueva vida. Al fin y al cabo, había estado cortejando a la muerte. Pese a que no le gusta nada hablar del tema, sí se prestó a escribir un breve relato sobre su enfermedad para una revista que edita una organizacion que lucha contra el cáncer.
Ahora, una vez olvidados aquellos negros días, ha hecho vivir a los aficionados franceses los días más felices de su vida. "Cuando vi que Sócrates era el primero en lanzar intuí por dónde iba a hacerlo. Había visto videos suyos, y acerté".
Bats apareció como el gran héroe en los medios de comuniciación franceses, tal vez los mismos que en sus dos primeros enciaentros en esta Copa del Mundo le acusaron de inseguridad e indecisión en sus salidas. Él cree que esas críticas son injustas, pero calla. Prefiere llegar a su habitación, encontrarse a su amigo Rocheteau, conversar sobre lo humano y lo divino, sobre las cosas que cambiarían de este mundo extraño en que se mueven y, poco antes de apagar la luz e intentar conciliar el sueño, abrir su cuaderno, coger el rotulador y empezar a esbozar o redondear un poema. De momento, Bats, que juega en el París Saint-Germain, ya ha iniciado la grabación de su próximo disco, en el que, con música clásica de fondo, recitará una nueva serie de sus poemas.
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