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GALICIA

Decrecen las esperanzas de hallar supervivientes del 'María Luisa Carral'

El hallazgo de los primeros restos, una balsa, del pesquero María Luisa Carral, desaparecido en aguas del Gran Sol, ha derrumbado las pocas esperanzas que el armador y los familiares de la tripulación tenían sobre la suerte del arrastrero, del que no se tenía comunicación desde el 26 de mayo pasado. Aunque el barco todavía no ha sido declarado oficialmente desaparecido, el armador, Javier Carral, manifestó, después de mantener contacto telefónico con las familias de los marineros: "Estamos atentos a los rastreos por si aparece algún superviviente, pero creo que hasta eso es difícil".

La balsa fue avistada en las costas irlandesas, cerca del puerto de Galway, a unas 200 millas de la zona donde fue visto por última vez el María Luisa Carral. Carecía de cualquier identificación externa y la Comandancia de Marina de La Coruña confirmó, mediante la comprobación del número de registro, que pertenecía al pesquero desaparecido.

La Embajada de España en Dublín ratificó asimismo al armador que la lancha estaba varada en tierra desde el 12 de junio, pero hasta el pasado martes nadie la relacionó con el barco desaparecido, ni se procedió a comparar el número de registro.

Una balsa intacta

La balsa estaba intacta y carecía de los equipos de supervivencia con que estaba dotada, lo que parece reforzar la teoría de que el pesquero podría haberse hundido rápidamente debido a un abordaje o a un súbito golpe de mar. En estos casos, la balsa se habría hinchado automáticamente debido a un sistema que pone en marcha la presión del agua. Sin embargo, durante el día de ayer continuaron las operaciones de búsqueda por parte de aviones y patrulleras de Gran Bretaña e Irlanda, así como por medio centenar de pesqueros españoles que faenan en la misma zona.El María Luisa Carral, patroneado por Francisco García Fariña, había zarpado de La Coruña el 24 de mayo pasado en dirección a la zona de Rockwall, cerca del límite de las aguas jurisdiccionales británicas.

Las últimas comunicaciones con el barco fueron las mantenidas con otros pesqueros en la noche del 26 al 27 de mayo. Dos días después, cuando el armador intentó comunicarles que disponía de una licencia para pescar dentro del límite de las 200 millas, no pudo conseguirlo.

La tripulación, un total de 15 personas, estaba compuesta por el segundo patrón, Manuel Graña Castiñeira, de Malpica; el contramaestre, José Antonio Heredia, de Noia; y los marineros José Maneiro Romero, de Porto do Son; José Piñeíro Amigo, de La Coruña; José Antonio Queiruga Fernández, de Porto do Son; Enrique Iglesias Lago, de La Coruña; Luis Díaz Remo y Ángel Heredia Fernández, ambos de Noia; Manuel Blanco Ures y Marcelino Rodríguez Coucillas, de Cances; Julio Parada Mariño y Manuel Lestaño, de La Coruña; Jesús Tomé Mariño, de Lousame. Trece de ellos estaban casados y con hijos.

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