Inglaterra goleó a Paraguay en una nueva exhibición de fuerza
EMILIO PÉREZ DE ROZAS ENVIADO ESPECIAL Inglaterra, que ayer derrotó con contundencia a Paraguay en el estadio Azteca, se enfrentará el próximo domingo y en este mismo estadio a Argentina, en partido de los cuartos de final de la Copa del Mundo. El encuentro de ayer fue espectacular, ya que todos sus protagonistas lucharon por la clasificación del primero al último minuto. Los ingleses, que controlaron el partido en una nueva exhibición de fuerzas, supieron adquirir y consolidar su ventaja en los momentos cruciales del encuentro. Los pupilos de Bobby Robson dejaron bien claro que había desaparecido totalmente cualquier atisbo de crisis que hubiese en el seno de la selección.
El partido tenía un gran atractivo porque se enfrentaban dos concepciones del fútbol bien diferenciadas, la escuela británica contra el juego suramericano. Mientras los ingleses apretaban de firme, con esos largos desplazamientos que parecen inalcanzables, y buscaban las bandas para provocar el lío en la olla, Paraguay jugó tocando, mareando la bola, esperando llegar a los últimos metros para imprimir un ritmo suicida. Pero, eso sí, los dos con grandes precauciones: cuatro hombres atrás y patadón en cuanto las cosas se complicaban.
Unos y otros, cada uno a su estilo, provocaron grandes alaridos de ansiedad en un público que esta vez había acudido al estadio a entretenerse. Los primeros 30 minutos parecieron un anuncio de lo que venía. Como si los jugadores pidieran al público que no abandonasen sus asientos: "Primero escogemos las armas y luego guerreamos". Una vez presentados, empezaron las hostilidades. Y de qué manera.
A los 30 minutos, Butcher retrasó el balón a Shilton, pero el pase lo interceptó Mendoza, que cedió a Cañete, cuyo remate forzó una excelente intervención del veterano portero inglés. Había empezado la guerra. La respuesta de Inglaterra a esa agresión fue el gol de Lineker, que, desde el suelo y después de fallar el primer remate, recibió una nueva oportunidad de Hodge para culminar. Fueron tres minutos apasionantes que se cerraron con una palomita del ex españolista Gato Fernández a remate de Lineker. El público se sentía satisfecho, pues había valido la pena esperar.
Fue Inglaterra la que, sorpresivamente, apretó el acelerador tras el descanso. No quería sorpresas de última hora y buscó el definitivo 2-0 de salida. Los ingleses se desplegaron con gran rapidez, sobre todo por la banda derecha, donde Trevor Steven hizo estragos. Esos oleajes hacían presagiar el segundo tanto, que llegó a los 10 minutos de reanudado el partido y que sentenció el resultado de la eliminatoria.
Paraguay, como ya había hecho en otros encuentros, no se rindió jamás y luchó hasta el último segundo, aunque no tuviera esperanza alguna. Era una forma de demostrar que había venido a México a entregarse con todas sus fuerzas. Lástima que, al final, ya derrotada, cayera en malos modos,
Y continuas protestas. Esos malos modos recibieron como respuesta el tercer gol de Lineker, que se sitúa como el máximo goleador del campeonato con cinco tantos. Él representó ayer la contundencia de Europa contra el vistoso estilo suramericano.
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