El ocaso de una reina

Sin alcanzar la suya la categoría suprema ni el gracejo y personalidad especiales de Imperio Argentina, Juanita Reina reinó por el celuloide español durante varios lustros luciendo algunas perlas como La Lola se va a los puertos o Lola la Piconera.Sucedió en Sevilla, la película de 1954 que hoy ilustra el espacio La noche del cine español, es el ocaso de Juanita Reina. Se trata de una adaptación de la novela de Alejandro Pérez Lugín (autor de la célebre Currito de la Cruz) que ya había sido llevada a la pantalla anteriormente por la propia Juanita Reina, entonces debutante, en 1942 y con el título de La Blanca Paloma. Y retrata, con todo el tipismo folclórico que imponía la época, la romería del Rocío, adobando el costumbrismo andaluz latente con una nada ligera trama melodramática: Esperanza, hija de uno de los socios de una empresa constructora y de la propiedad de un cortijo, mantiene relaciones sentimentales con el otro socio, a la vez que el buen mozo que cuida del cortijo está seriamente enamorado de la muchacha.

Melodrama, como se ve, y música en forma de tonadillas que cubren un espacio lácteo del cine español años ha fenecido. Juanita Reina cumple con honor su doble papel de actriz y cantante.