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MÉXICO 86

Uruguay, clasificado, pese a la expulsión de Batista en el minuto 1

ENVIADO ESPECIALUruguay se clasificó en un partido feo, pero que tuvo ribetes heroicos. El equipo suramericario jugó con diez hombres todo el encuentro por expulsión de Batista en la primera jugada y, a pesar de eso, manejó el balón y el partido con una autoridad deslumbrante. Escocia jugó muy mal, con la única excepción de Strachan. Las mejores ocasiones del encuentro fueron para los uruguayos, a pesar de que sólo tuvieron un hombre en punta.

Uruguay tiene por qué quejarse. A todo el mundo le dejan pegar menos a los uruguayos. Al primer minuto de juego, se les complicó el partido porque el árbitro expulsó a Batista, que aprovechó la primera ocasión que tuvo para sacudirle una fuerte patada en el tobillo a Strachan, mal enmascarada en una entrada al balón. Uruguay se veía así obligada a jugarlos 90 minutos con 101 hombres.

Y como le bastaba el empate decidió congelar el juego. Con un manejo muy uruguayo de astucias y marrullerías, consiguió robar mucho tiempo atrás, cuando tenía el balón o cuando había que ponerlo en juego en el saque de alguna falta o de un fuera de banda. Dejó arriba solo a Francescoli, que en punta mejoró con mucho sus actuaciones anteriores en el medio campo y dio por fin la sensación de ser un jugador espléndido. Con él y con las ocasionales incorporaciones de Ramos y Cabrera le bastó a Uruguay para crear antes del descanso más ocasiones de gol que su rival. Estos tres hombres aguantaban la pelota, regateaban e incluso abrían fisuras en la monolítica defensa escocesa, que llegaba a reunir hasta siete hombres en torno a ellos. Por su parte, Escocia fue, un desastre. Toda la voluntad del pelirrojísimo Strachan se perdía en la torpeza de sus compañeros. Uruguay esperaba atrás y desbarataba las juga das escocesas con comodidad.

El segundo tiempo fue un reflejo aún más nítido de la incapacidad de Escocia. El buen trabajo de Strachan se perdía continuamente en la inutilidad de sus compañeros, mientras que en el otro extremo del campo el trabajo aislado de Francescoli, que terminó agotado, senda para dar mucha mayor sensación de peligro. Hasta en los saltos a balones aéreos perdían los escoceses, que no se impusieron en este tipo de juego en ninguna de las dos áreas.

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