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MÉXICO 86

15.000 millones, precio del fracaso de Teleméxico

Pocos espectadores han tenido la suerte de poder seguir sin sobresaltos las retransmisiones televisivas de este Mundial. Un alto dirigente del Consorcio, que agrupa a diferentes organizaciones de televisión, explicó a EL PAÍS: "El coste total pan las televisiones que estamos aquí ha sido de más de 100 millones de dólares [unos 15.000 millones de pesetas] pues hay que tener en cuenta que se han pagado los derechos de imagen, la utilización del satélite, las líneas especiales ... ". Todo ello, como reconocía el diario The Times, "por el hecho de que Guillermo Cañedo está en una operación para ganar dinero y no gastarlo". Cañedo preside el Comité Organizador y es, vicepresidente de Televisa.

Ciento cincuenta emisoras han sufrido las consecuencias de la magia mexicana, término con el que llegó a calificarse la posibilidad de un Mundial espléndido. El Consorcio está integrado por la UER (Unión Europea de Radiodifusión), OIRT (órgano que representa a las televisiones del Este), OTI (Iberoamérica), ABU (Asia), ASBU (países árabes) y URTNA (África). Y la historia de este inmenso fracaso, cuyas proporciones son, de momento, incalculables, sin duda cambiará el rumbo de los próximos acontecimientos deportivos, fundamentalmente: de los Juegos Olímpicos y de la Copa, del Mundo de fútbol.Durante los últimos días, veteranos periodistas deportivos han recordado a sus colegas que tanto en el Mundial de 1970 como en los Juegos Olímpicos de 1968 todo funcionó en México mucho mejor. La explicación es sencilla: la presente Copa del Mundo está en manos de la iniciativa privada -fundamentalmente, Televisa-, mientras las anteriores manifestaciones fueron supervisadas precisaniente por las entidades que hace exactamente un año ofrecieron su ayuda a Teleméxico. Los Juegos de 1968 tuvieron, por ejemplo, su Centro Internacional de Radiodifusión (CIR) en la torre de la SCT (Secretaría de Comunicaciones y Transportes) y contaron con la participación de un pool de uniones de radiodifusión, mientras que para la Copia del Mundo de 1970 México aceptó el asesoramiento técnico de la UER.

Hay un hecho esclarecedor que deinuestra que el fracaso estaba anunciado. Cuando el pasado 15 de diciembre se desarrolló el sorteo del torneo, represúritantes de la UER mantuvieron una reunión en la que, vista la escasísima infórmación que poseían de Teleméxico y de los trabajos que estaba realizando con vistas al Mundial, decidíeron estudiar la posibilidad de crear un centro paralelo, al CIRmexicano con el fin de tener absolutamente garantizada la cobertura informativa.

La propuesta fue posteriormente estudiada por las diversas cadenas, pero, finalmente, quedó aparcada debido fundamentalmente a las fuertes presiones políticas que ejerció Televisa y, más concretamente, a la amenaza de no suministrar imágenes a las televisiones estatales de toda Europa. El proyecto del centro paralelo estaba totalmente ultimado. Incluso se había escogido ya el edificio idóneo dentro del Distrito Federal. Pero las televisiones europeas más fuertes -fundamentalmente, la BBC-decidieron que el riesgo era excesivamente elevado y decidieron aceptar la fórmula ofrecida por los mexicanos. Lógicamente, en estos momentos, muchas de esas televisiones están arrepentidas de no haber retado a Teleméxico.

El pasado 21 de mayo, los representantes de las diversas caden,as de televisión firmaron una carta dirigida al organismo futbolístico en la que se informaba de que, "a falta de 10 días para que dé comienzo el campeonato, falta todavía por instalarse el 50% de los circuitos internacionales. Exigimos medidas drásticas, pues, de lo contrario, las transmisiones están en serio peligro". La FIFA respondió el día 25 diciendo que "el señor Cañedo asegura que todo está ya resuelto". "Cuando recibimos aquella carta", explicó el pasado miércoles un representante técnico de la UER, "estábamos peor que el día 21". Sólo después del cruce de estas misivas los máximos responsables de Teleméxico empezaron a asomar sus cabezas.

El pasado lunes, miembros de la UER y la OIRT volvieron a reunirse porque la situación er insostenible y volvieron a escribir una carta a la FIFA, que volvió a contar con el respaldo de todo el Consorcio.

Carta amenazante

El mensaje era uno y muy claro: "En el plazo máximo de 24 horas deben poner ustedes una persona que merezca credibilidad a nuestros ojos para que en tres o cuatro días pueda reconstruir esta situación. De. lo contrario, nuestras cadenas iniciarán acciones judiciales contra ustedes, solicitando, lógicamente, daños y perjuicios por todo ello". Era una carta amenazante. No había otira salida. Los acontecimientos aceleraron vertiginosamente. Joäo Havelange, presidente de la FIFA, se reunió de inmediato, con Guillermo Cañedo, presidente del Comité Organizador,y Joseph Blatter, secretario general de la FIFA.

Al día siguiente, 3 de junio, Havelange hizo un aparte con el propio presidente de México, Miguel de la Madrid, en el estadio Azteca, donde acudió para presenciar el partido México-Bélgica. Horas después, Víctor Rojas, empleado de Teleméxico, un técnico competente, pero que había sido apartado de responsabilidad en el pasado mes de noviembre, fue nombrado direetor técnico de Teleméxico.

Era la primera y hasta ahora única victoria del Consorcio; por fin, contaba con un interlocutor válido, que, además, poseía credibilidad ante los responsables de las televisiones de todo el mundo. Pero Rojas, cuyo primer trabajo fue elaborar rápidamente un organigrama para saber a conciencia cómo funcionaba el CIR, tuvo la mala suerte de que en su primer día de trabajo mila tormenta descargó rayos, truenos y agua sobre el Distrito Federal. Un rayo destrozó una,de, las tuberías del CIR y éste quedó parcialmente inundado, aunque el agua sólo penetró en los pasillos y el almacén. La magia mexicana había vuelto a abandonar a Teleméxico.

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